Nancy
Lublin, CEO de Do Something, acostumbraba a jugar con mucha frecuencia al
póker. Luego de muchas horas de juego, aprendió a administrar una organización
sin fines de lucro siguiendo cuatro lecciones importantes del juego:
1) La
primera apuesta debe ser lo suficientemente alta para infundir respeto,
pero no tan alta como para asustar a los otros jugadores. Tampoco puede ser muy
baja, porque indica desesperación. Todo empresario sabe que la búsqueda inicial
de financiación implica actuar de manera similar: solicitar con seriedad una cantidad
que pueda recibir un “sí” en respuesta.
2) Hay
que saber cuándo doblar las apuestas. Se debe doblar aproximadamente el
80% de las partidas jugadas. Esto es algo muy difícil, considerando la
tentación de seguir jugando hasta ver las cartas que se logran reunir y la
certeza de que no siempre es posible ni conveniente doblarlas. En ocasiones,
tenemos que decir “no”.
3)
Algunas veces, somos víctimas de una mala apuesta, pero hay que seguir
adelante. En el contexto laboral, esto se aplica al personal. Lo mejor es
reducir las pérdidas rápidamente. Si un nuevo empleado no es eficiente, es
mejor despedirlo cuanto antes posible. Así como se enamoraba de las cartas que
recibía en el póker, también se enamora del potencial de los empleados que
contrata. De allí que ésta ha sido la lección más difícil para ella: aprender a
dejar ir a los buenos empleados que no entienden las prioridades de la
organización.
4)
Nunca se debe contar el dinero cuando se está sentado en la mesa; no
conviene regodearse. No permitamos que nuestros benefactores se sientan
engañados o estúpidos, porque desearemos jugar con ellos otra vez. En el
contexto de organizaciones sin fines de lucro, alardear del dinero obtenido no
ayuda a producir más.
El
objetivo debe ser el de construir una organización más efectiva que alcance
todos los objetivos de los grupos que la conforman. Por lo tanto, conviene más
comunicar la estrategia para el cambio, en lugar de comunicar todos los
cambios alcanzados. Aunque ya no juega al póker, la Sra. Lublin aplica estas
lecciones que aprendió de ese juego como estrategias para administrar la
organización que dirige. Y,
cada día en su oficina, recuerda que lo importante no está en el manojo de
cartas obtenidas en la repartición, sino en cómo jugar mejor la partida.
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