LAS BATALLAS DE CIBERSEGURIDAD ESTÁN SUPERANDO NUESTRA CAPACIDAD


Cada día, los ataques se hacen más especializados y aún no les damos la importancia requerida.

Hablar de ciberseguridad sigue siendo hoy día algo que nos parece ajeno a nuestras empresas. Tal vez nunca hemos sido objeto de ataques de este tipo y por eso nos parece un problema externo que no nunca nos tocará, pero la verdad es que esta amenaza está creciendo y se está sofisticando.

 Así lo demuestra el más reciente Informe semestral de Ciberseguridad 2016 de la tecnológica Cisco, que identificó que en la actualidad los métodos de ataques cibernéticos se han vuelto más innovadores y persistentes, usan tácticas cambiantes y forman parte de operaciones globales, lo que deja a la merced de los atacantes a todas empresas, incluso las nuestras.

 A eso, según el documento, hay que sumarle la cantidad creciente de vulnerabilidades, la infraestructura frágil de muchas compañías y países como los latinoamericanos y cómo los proveedores de soluciones de seguridad se han saturado por la misma dinámica del sector.

Para darnos una idea, según el documento, Cisco bloquea casi 20.000 millones de amenazas por día en el mundo, de las que más de 1,5 millones son muestras únicas de malware diarias (17 por segundo).

 Pero quizás una de las formas de estos ataques que más preocupan es el Ransomware. Para quien no conozca de qué se trata, es el tipo de ciberataque que roba información valiosa de los servidores y luego cobra grandes sumas de dinero para recuperarlos.
El problema se agrava con programas inteligentes que se adaptan a diferentes situaciones y que son capaces de romper las seguridades más sofisticadas.

 Es así que esta evolución de este tipo de ataques ya se conocen como Ransomware 2.0, ya que han logrado tecnificarse a tal punto de poseer la capacidad de autopropagación, al aprovechar vulnerabilidades en productos de alto grado de implementación y su replicación a todas las unidades disponibles en las redes.

 Estos programas infectan los archivos y ahora usan otras formas de propagación en dispositivos de almacenamiento masivo por medio de Autorun.Inf a través de USB, así como han adquirido la capacidad de limitar la velocidad de los sistemas para lograr sus objetivos.

Precisamente, el informe de Cisco ha encontrado que los atacantes ven las mejores oportunidades donde los proveedores de soluciones de defensa están saturados, especialmente al tráfico cifrado. Al ritmo actual, en diciembre de 2016 las alertas acumulativas superarán las 10.000, según la tecnológica.

 Además, han cambiado los vectores de impacto. Los atacantes expanden su enfoque de ataques sobre los clientes a ataques sobre los servidores, y vulnerabilidades como las de Adobe Flash siguen siendo aprovechadas por los kits de ataque.

Incluso, ahora hablamos de un uso malicioso del HTTPS, que registró un aumento del 300% en la cantidad de inyectores por anuncios en los últimos 4 meses con el fin de expandir su tiempo de operación.

 En definitiva, las infraestructuras desactualizadas son un problema mundial. En el caso de América del Sur cuentan con un retraso de 4,2 años. Vale la pena entonces asumir otra posición frente a este tema, que asecha cada vez con más fuerza a nuestras empresas.

 La pregunta, entonces, es: ¿Qué debemos hacer? Sencillo. Encontrar soluciones que de verdad cumplan su objetivo de la mano de proveedores confiables y mundialmente reconocidos, fortalecer nuestra infraestructura y, por supuesto, dejar de creer que este es un problema aislado.



¿QUE DICE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Se dice que las batallas de ciberseguridad están superando nuestra capacidad debido a varios factores que han llevado a un aumento en la complejidad, frecuencia y sofisticación de los ataques cibernéticos. A continuación, te explico las razones principales detrás de esta afirmación:

1. La creciente sofisticación de los ciberataques

  • Ataques avanzados: Los ciberdelincuentes están utilizando técnicas cada vez más sofisticadas, como el uso de inteligencia artificial (IA), aprendizaje automático y herramientas de ingeniería social, para evadir los sistemas de seguridad tradicionales.

  • Criptominería y ransomware: Estos ataques han evolucionado rápidamente, utilizando tácticas más agresivas y destructivas para extorsionar a las víctimas.


2. La expansión de la superficie de ataque

  • Mayor conectividad: Con la expansión de la Internet de las Cosas (IoT) y los dispositivos conectados, la cantidad de puntos de entrada para los atacantes ha aumentado significativamente.

  • Nubes y servicios en la nube: La migración a la nube ha creado nuevas vulnerabilidades, ya que muchas organizaciones no han implementado controles de seguridad adecuados en estos entornos.


3. La falta de inversión en ciberseguridad

  • Recursos limitados: Muchas organizaciones, especialmente las pequeñas y medianas empresas, no invierten suficientes recursos en tecnologías y talento de ciberseguridad.

  • Desequilibrio de presupuestos: Aunque los ataques son cada vez más costosos, los presupuestos de seguridad no siempre crecen al mismo ritmo.


4. La escasez de talento en ciberseguridad

  • Alta demanda, baja oferta: Existe una escasez global de profesionales calificados en ciberseguridad, lo que dificulta que las organizaciones contraten a expertos suficientes para proteger sus sistemas.

  • Formación insuficiente: La educación y la capacitación en ciberseguridad no están a la par con la velocidad de evolución de las amenazas.


5. La velocidad de evolución de las tecnologías

  • Innovación acelerada: Las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la computación cuántica, están avanzando rápidamente, pero las soluciones de seguridad no siempre siguen el mismo ritmo.

  • Desarrollo rápido de software: Los ciclos de desarrollo acelerados (como DevOps) a menudo priorizan la velocidad sobre la seguridad, lo que genera vulnerabilidades.


6. La complejidad de los sistemas modernos

  • Sistemas distribuidos: Las arquitecturas distribuidas y los microservicios han aumentado la complejidad de los sistemas, lo que dificulta la identificación y corrección de vulnerabilidades.

  • Interconexiones globales: Las organizaciones dependen cada vez más de proveedores y socios externos, lo que amplía la superficie de ataque y dificulta el control de la seguridad.


7. La falta de conciencia y capacitación en ciberseguridad

  • Usuarios finales: Los empleados y usuarios finales a menudo no reciben suficiente capacitación para reconocer amenazas como el phishing o el malware.

  • Cultura de seguridad débil: En muchas organizaciones, la seguridad no es una prioridad cultural, lo que lleva a comportamientos arriesgados.


8. La creciente frecuencia de los ataques

  • Ataques masivos: Los ciberataques se han vuelto más frecuentes y masivos, afectando a millones de usuarios y organizaciones en todo el mundo.

  • Amenazas persistentes avanzadas (APT): Los grupos de hackers patrocinados por estados o con fines criminales llevan a cabo ataques prolongados y bien planificados para robar datos o causar daños.


9. La falta de coordinación global

  • Regulaciones inconsistentes: Las regulaciones y estándares de ciberseguridad varían entre países, lo que dificulta la implementación de medidas efectivas a nivel global.

  • Falta de cooperación: La cooperación internacional para combatir amenazas cibernéticas a menudo es limitada, lo que permite que los atacantes operen con impunidad.


10. La naturaleza asimétrica de la ciberseguridad

  • Costo-beneficio para los atacantes: Los atacantes pueden invertir relativamente poco en herramientas y recursos para lanzar ataques masivos, mientras que las víctimas a menudo enfrentan costos significativos para recuperarse.

  • Desventaja técnica: Los atacantes pueden centrarse en encontrar una sola vulnerabilidad, mientras que las organizaciones deben protegerse contra una amplia gama de amenazas.


11. La falta de visibilidad en la cadena de suministro

  • Proveedores externos: Las organizaciones confían en proveedores de terceros para servicios y productos, pero a menudo no tienen visibilidad sobre la seguridad de esos proveedores.

  • Software de terceros: Las vulnerabilidades en software de proveedores externos (como las bibliotecas de código abierto) pueden ser explotadas por atacantes.


12. La falta de automatización en la detección y respuesta

  • Volumen de alertas: Las herramientas de seguridad generan una gran cantidad de alertas, pero muchas organizaciones no tienen la capacidad de analizarlas y responder a ellas de manera eficiente.

  • Automatización limitada: La automatización en la detección y respuesta a incidentes (como SOAR - Security Orchestration, Automation, and Response) aún no está ampliamente implementada.


13. La evolución de los actores maliciosos

  • Grupos estatales: Estados como Rusia, China, Irán y Corea del Norte están involucrados en actividades cibernéticas avanzadas, como espionaje y sabotaje.

  • Criminales organizados: Los grupos criminales se han especializado en ataques cibernéticos rentables, como el ransomware y el robo de datos financieros.


14. La falta de inversión en investigación y desarrollo

  • Innovación lenta: La investigación y desarrollo en ciberseguridad no avanza al mismo ritmo que la tecnología, lo que dificulta la creación de soluciones innovadoras.

  • Dependencia de proveedores: Muchas organizaciones dependen de soluciones de seguridad de terceros, lo que limita su capacidad para innovar internamente.


15. La presión de los plazos comerciales

  • Priorización del negocio: Las organizaciones a menudo priorizan el cumplimiento de plazos comerciales sobre la seguridad, lo que lleva a la implementación de soluciones rápidas pero poco seguras.

  • Cultura de "hackear y arreglar": En lugar de adoptar una mentalidad de seguridad desde el principio, muchas empresas optan por corregir problemas después de que ocurren.


16. La falta de integración de la ciberseguridad en la cultura empresarial

  • Prioridades equivocadas: En muchas organizaciones, la ciberseguridad no es una prioridad estratégica, lo que lleva a una implementación superficial de medidas de seguridad.

  • Cultura de "hacer lo mínimo": Algunas empresas solo cumplen con los requisitos mínimos de seguridad para evitar sanciones, en lugar de adoptar prácticas proactivas.


17. La complejidad de las regulaciones y estándares de seguridad

  • Diferentes regulaciones: Las organizaciones que operan en múltiples jurisdicciones deben cumplir con una variedad de regulaciones (GDPR, HIPAA, PCI-DSS, etc.), lo que aumenta la complejidad.

  • Cambios constantes: Las regulaciones y estándares de seguridad evolucionan rápidamente, lo que dificulta a las empresas mantenerse al día.


18. La falta de pruebas de penetración y auditorías regulares

  • Pruebas insuficientes: Muchas organizaciones no realizan pruebas de penetración o auditorías de seguridad con la frecuencia necesaria para identificar y corregir vulnerabilidades.

  • Dependencia de terceros: Aunque se contratan firmas externas para realizar pruebas, estas no siempre cubren todos los aspectos de la infraestructura.


19. La falta de inversión en tecnologías de prevención avanzada

  • Firewalls y antivirus obsoletos: Muchas empresas siguen utilizando tecnologías de seguridad tradicionales que ya no son efectivas contra ataques modernos.

  • Falta de inversión en EDR y XDR: Las soluciones de detección y respuesta extendida (EDR/XDR) aún no están ampliamente adoptadas, lo que dificulta la identificación y respuesta a amenazas avanzadas.


20. La falta de visibilidad en entornos híbridos

  • Infraestructura híbrida: Con la adopción de entornos híbridos (nube y on-premise), las organizaciones tienen dificultades para obtener una visibilidad completa de su infraestructura.

  • Gestión fragmentada: La falta de herramientas integradas para gestionar la seguridad en entornos híbridos aumenta la complejidad.


21. La falta de automatización en la gestión de vulnerabilidades

  • Volumen de vulnerabilidades: Las herramientas de gestión de vulnerabilidades generan una gran cantidad de datos, pero muchas organizaciones no tienen procesos automatizados para priorizar y corregir las más críticas.

  • Falta de seguimiento: Las vulnerabilidades a menudo quedan sin corregir debido a la falta de seguimiento y recursos.


22. La falta de inversión en inteligencia de amenazas

  • Inteligencia limitada: Muchas organizaciones no invierten en plataformas de inteligencia de amenazas, lo que les dificulta anticipar y prevenir ataques.

  • Dependencia de proveedores: La inteligencia de amenazas suele ser proporcionada por proveedores externos, lo que limita la capacidad de las organizaciones para generar su propia inteligencia.


23. La falta de colaboración entre equipos de seguridad

  • Fragmentación de equipos: En muchas organizaciones, los equipos de seguridad operan de manera aislada, lo que dificulta la coordinación y la respuesta efectiva a incidentes.

  • Falta de comunicación: Los equipos de seguridad no siempre comparten información sobre amenazas y vulnerabilidades, lo que reduce la efectividad de las medidas de seguridad.


24. La falta de inversión en tecnologías de autenticación fuerte

  • Autenticación débil: Muchas organizaciones siguen utilizando métodos de autenticación débiles, como contraseñas simples, lo que facilita el acceso no autorizado.

  • Falta de MFA/MFA: La autenticación multifactor (MFA) y la autenticación de múltiples factores (MFA) no están ampliamente implementadas, lo que aumenta el riesgo de ataques de suplantación de identidad (phishing).


25. La falta de inversión en tecnologías de respuesta a incidentes

  • Respuesta lenta: Las organizaciones a menudo tienen procesos de respuesta a incidentes ineficientes, lo que permite que los atacantes permanezcan en los sistemas durante más tiempo.

  • Falta de formación: Los equipos de seguridad no siempre están capacitados para manejar incidentes complejos, lo que dificulta la recuperación rápida.


26. La falta de inversión en tecnologías de protección de datos

  • Cifrado insuficiente: Muchas organizaciones no cifran adecuadamente los datos sensibles, lo que facilita el robo de información.

  • Falta de gestión de claves: La gestión inadecuada de claves criptográficas aumenta el riesgo de exposición de datos.


27. La falta de inversión en tecnologías de detección de anomalías

  • Detección tardía: Las herramientas tradicionales de detección de amenazas a menudo no identifican anomalías hasta que es demasiado tarde.

  • Falta de inteligencia artificial: La inteligencia artificial y el aprendizaje automático aún no están ampliamente implementados para detectar comportamientos anómalos en tiempo real.


28. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en la nube

  • Nubes públicas: Las organizaciones que utilizan nubes públicas (AWS, Azure, Google Cloud) a menudo no implementan controles de seguridad adecuados en estos entornos.

  • Falta de visibilidad: La falta de herramientas de seguridad específicas para la nube dificulta la identificación y corrección de vulnerabilidades.


29. La falta de inversión en tecnologías de seguridad perimetral

  • Perímetros difusos: Con la migración a la nube y la conectividad remota, el concepto de "perímetro de seguridad" se ha vuelto obsoleto.

  • Falta de protección: Muchas organizaciones no han actualizado sus tecnologías de seguridad perimetral para adaptarse a los nuevos modelos de trabajo.


30. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en dispositivos móviles

  • Dispositivos personales: El uso de dispositivos móviles personales para el trabajo aumenta el riesgo de exposición de datos.

  • Falta de MDM: La gestión de dispositivos móviles (MDM) no está ampliamente implementada, lo que dificulta la protección de datos en dispositivos móviles.


31. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en aplicaciones web

  • Aplicaciones vulnerables: Muchas aplicaciones web no están diseñadas con seguridad en mente, lo que facilita la explotación de vulnerabilidades.

  • Falta de WAF: Los firewalls de aplicaciones web (WAF) no están ampliamente implementados, lo que aumenta el riesgo de ataques como SQL Injection o XSS.


32. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en redes

  • Redes inseguras: Muchas organizaciones no han actualizado sus redes para protegerse contra ataques modernos, como el uso de VPN inseguras o la falta de segmentación de redes.

  • Falta de SD-WAN: La tecnología de redes definidas por software (SD-WAN) no está ampliamente implementada, lo que dificulta la protección de redes distribuidas.


33. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en bases de datos

  • Bases de datos vulnerables: Muchas bases de datos no están protegidas adecuadamente, lo que facilita el robo de información sensible.

  • Falta de DBaaS: La seguridad de bases de datos como servicio (DBaaS) no está ampliamente implementada, lo que aumenta el riesgo de ataques a bases de datos.


34. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en IoT

  • Dispositivos IoT inseguros: Muchos dispositivos IoT no tienen controles de seguridad básicos, lo que facilita la explotación de vulnerabilidades.

  • Falta de IoT Security: La seguridad específica para IoT no está ampliamente implementada, lo que aumenta el riesgo de ataques a dispositivos conectados.


35. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en DevOps

  • DevSecOps insuficiente: La integración de seguridad en los procesos de DevOps (DevSecOps) no está ampliamente implementada, lo que aumenta el riesgo de vulnerabilidades en el código.

  • Falta de herramientas: Las herramientas de seguridad en DevOps, como SAST y DAST, no están ampliamente adoptadas.


36. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en la cadena de suministro

  • Proveedores inseguros: Muchas organizaciones no tienen visibilidad sobre la seguridad de sus proveedores, lo que facilita la introducción de amenazas en la cadena de suministro.

  • Falta de SCaaS: La seguridad de la cadena de suministro como servicio (SCaaS) no está ampliamente implementada, lo que aumenta el riesgo de ataques a la cadena de suministro.


37. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en la nube híbrida

  • Nubes híbridas: Las organizaciones que utilizan nubes híbridas (nube pública y on-premise) a menudo no tienen controles de seguridad integrados, lo que aumenta la complejidad.

  • Falta de herramientas: Las herramientas de seguridad específicas para nubes híbridas no están ampliamente adoptadas.


38. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en la nube multi-inquilino

  • Nubes multi-inquilino: Las organizaciones que utilizan nubes multi-inquilino (como SaaS) a menudo no tienen controles de seguridad adecuados, lo que facilita la exposición de datos.

  • Falta de herramientas: Las herramientas de seguridad específicas para nubes multi-inquilino no están ampliamente adoptadas.


39. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en la nube privada

  • Nubes privadas: Las organizaciones que utilizan nubes privadas a menudo no tienen controles de seguridad adecuados, lo que facilita la exposición de datos.

  • Falta de herramientas: Las herramientas de seguridad específicas para nubes privadas no están ampliamente adoptadas.


40. La falta de inversión en tecnologías de seguridad en la nube pública

  • Nubes públicas: Las organizaciones que utilizan nubes públicas a menudo no tienen controles de seguridad adecuados, lo que facilita la exposición de datos.

  • Falta de herramientas: Las herramientas de seguridad específicas para nubes públicas no están ampliamente adoptadas.


Conclusión

La combinación de estos factores ha creado un entorno en el que las amenazas cibernéticas están evolucionando más rápido que nuestra capacidad para combatirlas. Para superar este desafío, es crucial invertir en tecnología de seguridad avanzada, formar a los profesionales de ciberseguridad, promover una cultura de seguridad en las organizaciones y fomentar la cooperación global para enfrentar estas amenazas en constante evolución.


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