La
devaluación del peso colombiano, la compleja coyuntura económica global y sus
propios errores en la estrategia, han provocado la caída de grandes
multinacionales de todos los sectores en los últimos meses en Colombia.
El porcentaje de empresas creadas en el país durante el
primer semestre del año llegó a 161.745 unidades productivas, lo que representa un crecimiento
del 17 % con respecto al mismo período del 2014.
Esta
positiva cifra contrasta con la realidad de distintas multinacionales y cadenas
que han cerrado sus operaciones en los últimos meses en el país. El más
reciente de estos casos es el de la estadounidense Aéropostale, que ha dejado atrás su plan de
expansión en regiones como Neiva y el Eje Cafetero (se preveían 10 nuevos
locales).
El sueño de invertir por lo menos unos US$20 millones en
nuevas aperturas se apagó debido a que los resultados no han sido los esperados, no solo
en Colombia sino también a nivel mundial, ya que en Estados Unidos y Canadá
tampoco escampa.
Es por ello que la marca, fundada en 1987 en Nueva York, está en el proceso de cierre
de sus tiendas, la liquidación de sus productos y la indemnización de sus
empleados en el país.
La historia de fracaso se suma a la de otras multinacionales del sector
textil como Gap y Banana Republic, que le han dicho adiós al país luego
de cortas y difíciles incursiones en el mercado criollo de la moda.
Al igual que Aéropostale, estas dos empresas extranjeras afrontan un complejo
escenario en los distintos países en los que operan. De acuerdo a un
informe de la estadounidense Business Insider en el caso de Banana Republic las ventas se desplomaron 9% y
las de Gap un 3% en el segundo trismestre de este año a nivel mundial.
A pesar de que la temporada de primavera era la gran
esperanza de ambas marcas, distintos expertos coinciden en que el panorama está lejos de
cambiar ya que el problema va más allá de lo evidente y se resume en falta de
creatividad en los diseños y estilos de sus colecciones más
recientes.
Precisamente, la dura competencia en el sector, así como los cambios en las
tendencias y el escenario económico en Colombia, fueron algunos de los factores
a los cuales no pudieron adaptarse estas marcas y por ello sucumbieron.
Desde el plano económico destaca la caída de la confianza
de los consumidores en la economía colombiana, lo cual limitó el gasto y por
ende afectó a diversas compañías de industrias como la textil.
Es preciso señalar que desde mediados de 2014 los consumidores vienen
reduciendo constantemente su percepción de buenos tiempos económicos para los
próximos 12 meses. De hecho, en
julio de este año el indicador se ubicó en -38,1%, de acuerdo a la Encuesta de
Opinión del Consumidor (EOC) de Fedesarrollo.
La
inflación, por su parte, ha aumentado en los últimos doce meses (a julio) un
8,97%, un porcentaje superior al registrado en el ejercicio anterior
(4,51%).
Varios de estos factores, sumados a errores de estrategia como la mala ubicación de
las tiendas y débiles campañas de mercadeo, también motivaron la caída
de empresas del sector retail como Ripley a principios de este año.
“Uno de los grandes errores que han cometido las empresas
que llegan a Colombia es
creer que lo que les funciona en sus países de origen lo pueden aplicar aquí
sin problema, y eso no es así”.
Así lo explicó en su momento el presidente de la firma Raddar, Camilo Herrera,
quien además consideró que el
retail “es un campo muy competido” y por ello es necesario adaptarse
rápidamente a las tendencias para no fracasar
Lamentablemente ese aspecto no lo tuvo en cuenta la chilena Ripley
ni su coterránea La Polar,
que tampoco consiguió los resultados esperados y perdió su confianza en la solidez de la economía
colombiana, por lo cual cerró sus operaciones.
Y es que en el caso de La Polar, las pérdidas
operacionales alcanzaron los $64.112 millones en sus dos primeros años y por ende era inviable
continuar con su negocio en Colombia.
Otro de los sectores en lo que se han registrado varios
movimientos es el de los restaurantes, en el que vale la pena destacar los
procesos de reorganización de cadenas como TGI, Friday’s y Pizza Pizza en abril pasado.
Sin embargo, uno de los casos más dramáticos fue el de Paneroli (Nutresa), el
cual cerró la mayor parte de sus locales y hoy tiene menos de 5 abiertos. Por su parte, Archie’s perdió $4.697 millones el año pasado.
La situación es más que compleja ya que según
estimaciones de la
consultora Restaurant Rescue, en el 2016 podrían cerrar hasta un 15% de las
unidades de restaurantes de cadena. ¿Se vendrán más cierres?
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