EL ESCÁNDALO DE ODEBRECHT EN COLOMBIA

El escándalo de la firma brasileña Odebrecht, que se destapó en el 2015 tras conocerse varios de los sobornos que realizó la compañía para quedarse con importantes proyectos de infraestructura, tocó a varios empresarios y políticos colombianos. Estas son las claves para entender el trasfondo.

Según cifras reveladas en el marco de esta investigación, Odebrecht realizó pagos por US$11 millones en sobornos para quedarse con varios proyectos de relevancia en Colombia. Debido a esta situación ya han sido capturados el exsenador Otto Bula y el exviceministro del Gobierno de Álvaro Uribe, Gabriel García.

Este escándalo afectó directamente a 2 de los 50 proyectos de infraestructura que están en marcha en la actualidad. Las obras afectadas por el escándalo de Odebrecht son la Ruta del Sol II, las obras para garantizar la navegabilidad del Río Magdalena, así como la adición del tramo Ocaña- Gamarra. 

Lo más grave de esta situación es que tras este escándalo, los proyectos de 4G que aún no tienen cierre financiero podrían retrasarse. Por ello, en manos de Luis Andrade, presidente de la ANI, está recuperar la confianza.

El panorama para Andrade y el Gobierno es muy complejo. El año pasado 8 proyectos tuvieron cierre financiero por un valor de $13 billones, pero están pendientes por cerrar otros 24 que combinan la segunda y tercera ola de concesiones de cuarta generación (4G) y las iniciativas privadas.

Lo que ocurre es que tras las denuncias, los bancos y entidades de financiación han extremado las alertas y el programa de infraestructura más ambicioso del país está en jaque: ya no solo se habla de riesgos ambientales o del impacto en las comunidades o sobre los descubrimientos arqueológicos, sino de un riesgo que no se había materializado, el reputacional.

Los representantes del sector financiero coincidieron en advertir que los cierres financieros pendientes, algunos programados para el primer trimestre y el resto a lo largo de 2017, se van a demorar y a complicar.

En el corto plazo, se debe destrabar uno de los temas más complejos: el futuro del tramo 2 de Ruta del Sol, donde Odebrecht tiene 62,01% de participación; Episol –firma de Corficolombiana– posee 33%, y el Grupo Solarte cuenta con 4,99%.

Con deudas por cerca de $2 billones, el sistema financiero, que casi en su totalidad participó en la financiación de esta obra, está alerta por lo que le pueda pasar con estos recursos, tras la solicitud de nulidad del contrato por parte de la ANI ante el tribunal de arbitramento que está cursando en ese proyecto.


Todo indica que de la solución a esta situación dependerá en parte de que los bancos sigan participando en los cierres financieros de los proyectos de 4G e iniciativas privadas que aún están pendientes, especialmente después del golpe que recibieron los bancos a finales del año pasado, tras la intervención de Electricaribe por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos, y la deuda de la empresa con el sector financiero, que supera los $1,7 billones que, si bien está provisionada, sigue congelada.

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