La
prestigiosa revista británica se decidió por la paloma de la paz a la hora de
escoger a la nación que más avances logró durante 2016.
Por
el "logro colosal" de alcanzar la paz en 2016, Colombia es el país
del año para el prestigioso semanario británico The Economist.
La publicación exalta que el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC se sentaron de
nuevo para resolver algunas objeciones al acuerdo original después de que los
votantes lo rechazaron por un estrecho margen en el plebiscito del 2 de octubre,
debido a que "los líderes de las FARC no fueron castigados con bastante
severidad", y que el nuevo acuerdo ya avanza en el Congreso.
"Hubiera sido preferible celebrar otro
referendo", valora The Economist. "Pero si los votantes quieren
arriesgarse a volver a la guerra, pueden votar en 2018 por un candidato
presidencial que prometa penas más severas para los jefes de las FARC. Mientras
tanto, los rebeldes están listos para entregar sus armas".
Añade que, como ocurre con la mayoría de las negociaciones para acabar con un
conflicto armado, el acuerdo de paz colombiano es incompleto e implica ceder en
temas espinosos, pero "la alternativa es peor. Colombia es un digno
ganador".
"En un momento dado, el país estaba a punto de
convertirse en un estado fallido, algo que ahora es inconcebible",
sentencia The Economist en el breve editorial en que explica su decisión. El
texto hace un rápido
recuento de los crímenes de las FARC, como el secuestro, el narcotráfico y la
extorsión, así como de los excesos de las fuerzas gubernamentales, incluidos
los llamados ‘falsos positivos’. "La pesadilla terminó en 2016 (toquemos
madera)".
Mientras la mayoría de las publicaciones dedican
ediciones especiales al personaje del año, The Economist optó desde 2013 por
elegir a un país. En ese año escogió al pequeño Uruguay por sus reformas
innovadoras, como la legalización del matrimonio gay y la marihuana. Túnez fue
el elegido en 2014 gracias a su nueva constitución, y Myanmar en 2015 tras
superar años de aislamiento y dictadura militar.
Por
encima de ser un país próspero o pacífico, el reconocimiento privilegia a una
nación que haya mostrado avances significativos en el año. Los
contendientes de 2016, explica el semanario británico, incluyeron a Islandia,
que lideró el crecimiento económico, o Canadá, que se ha mantenido como una
democracia liberal y abierta a la inmigración a pesar de los embates del
populismo en otros países desarrollados, como su vecino norteamericano. Gracias a que la paloma de la
paz alzó vuelo, Colombia los superó.
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