Wilson
Tovar, gerente de Investigaciones Económicas de Acciones y Valores, cree, de
forma contraria a muchos analistas, que algunas variables son la ‘piedra en el
zapato’ para una posible subida de tasas
“La economía de Estados Unidos ha demostrado que su
mercado laboral está saludable, con una tasa de desempleo cerca de su nivel natural de 5 % y la
generación de nuevos puestos de trabajo registra un promedio mensual de 200.000
vacantes. Además, la inflación está lejos de su objetivo de 2 por
ciento. No obstante, la
devaluación del yuan chino y los temores por una desaceleración económica
mundial harían repensar la decisión de la Fed”.
Adicionalmente, Tovar y su equipo de analistas afirman
que el crecimiento autosostenido por factores internos de la primera economía mundial no está demostrado.
“Todavía
falta que la producción industrial registre mayores tasas de crecimiento y que
la colocación del crédito siga repuntando. Muchos empresarios en Estados
Unidos aún no mantienen buenas expectativas sobre la demanda de los hogares
para el cierre del año. En todo caso, la Reserva Federal aún debe esperar la evolución de otros
indicadores económicos”.
Recientemente, el banco inversor Goldman Sachs introdujo al mercado unas
expectativas de precios de petróleo a 20 dólares. Y este escenario
‘apocalíptico’ no está lejos: algunas referencias de crudo, como el Western
Canadian, se cotizan en 15 dólares.
En este caso hipotético, subir el costo del dinero global
para Tovar “sería un error para la economía estadounidense causando un posible
crecimiento negativo”.
NO
ESTÁN PREPARADOS
Los
recuerdos del alboroto que siguió a otros ciclos de ajustes de la FED siguen
ahí: colapsos de fondos de cobertura, crisis de deuda emergente y cesaciones de
pagos.
Algunas empresas han anticipado una era de mayores tasas
de interés con medidas como una baja de sus gastos de capital.
Sin embargo, esto será de poca ayuda para reducir la
carga financiera colectiva que se ha inflado durante años pese a que, según las
leyes de la economía, la FED debía revertir su política tarde o temprano.
La
deuda para financiar inversiones, crecimiento o solo consumo se ha disparado en
casi todos lados, según una advertencia del Banco Internacional de Pagos.
El
crédito en dólares de deudores no estadounidenses ha subido en un 50 por ciento
desde 2008 a un récord de 9,6 billones de dólares.
Las economías en desarrollo suponen 3 billones de
dólares, el doble que en 2008.
Otro informe de la consultara McKinsey de comienzos de
este año calculó en 57
billones el aumento de la deuda total en el mundo desde 2007, con un alza de 17
puntos porcentuales en la relación entre deuda y producción económica anual.
En realidad es una verdadera 'papa caliente' la tarea que
enfrenta la FED hoy y mañana.
De
manera directa, su mensaje delineará el rumbo de la economía global.
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