CON EL PROYECTO MALTA, GOOGLE QUIERE REVOLUCIONAR EL
ALMACENAMIENTO DE ENERGÍA USANDO SAL, ACERO Y AIRE
En
2017 echaba a andar una nueva iniciativa por parte del gigante tecnológico
Google. Mediante su brazo Alphabet, se daba a conocer una iniciativa denominada
Proyecto Malta, que buscaba un método barato y eficiente de almacenar
electricidad de la red eléctrica.
Una iniciativa que ha contado con el apoyo de grandes
nombres, como Jeff Bezos, de Amazon, Bill Gates, y que ahora ha logrado cerrar una ronda de
financiación crucial que le permitirá dar un paso adelante definitivo.
La
idea básica es crear una alternativa diferente de baterías, basando su
propuesta en una arquitectura novedosa donde la energía se almacenaría
sales fundidas calientes y líquido anticongelante frío. Posteriormente, un motor térmico convierte la
energía de nuevo en electricidad para el consumo. Este sistema, en
teoría, permite almacenar
energía de manera económica a gran escala y durante periodos de tiempo más
largos de lo que es factible con las baterías de litio actuales.
Ahora Malta ha logrado cerrar una nueva ronda de
financiación donde se han
inyectado otros 50 millones de dólares, que constatan la buena marcha de
las investigaciones que podrían tener como resultado una nueva alternativa
económica y sostenible
para almacenar la energía sobrante por ejemplo de las sistemas renovables.
El diseño de Malta está basado en los trabajos de Robert Laughlin,
físico de Stanford y ganador del Premio Nobel, quien demostró que la
electricidad podría, en
teoría, almacenarse durante días, e incluso semanas, y hacerlo usando
materiales baratos y abundantes, como la sal, el acero y el aire. Y todo
con el resultado de un almacenamiento capaz de atender las necesidades de las
redes eléctricas a similares velocidades que una batería.
Malta ya ha presentado los permisos para comenzar las pruebas a gran
escala, y que esperan tener las primeras instalaciones en marcha entre 2024 y 2025 en un proyecto
piloto que contará con una potencia de carga de 185 MW, con capacidad
para poder descargar 100 MW durante 10 horas. Todo en una instalación que indican tendría una vida útil
estimada de unos 30 años.
Como podemos ver, hay una importante diferencia entre la potencia de
entrada y la de salida. Algo que desde Malta no han aclarado pero que
todo hace indicar que el uso de un sistema de alta temperatura supondrá contar con menor eficiencia y
sufrir mayores pérdidas durante el proceso de conversión. Un aspecto en
el que deberán trabajar para reducir, o lograr sacar partido a dicho calor en
otras aplicaciones industriales.
Una
alternativa alternativa a los sistemas por batería, que podría convertirse en
un complemento para almacenar la energía
que no vaya a consumirse en el momento, dejando a las baterías el trabajo más
directo donde aprovechar su mayor eficiencia y rapidez de transmisión. Un sistema que de lograr completar
su desarrollo, podría dejar atrás a otros aspirantes a ocupar este puesto como
es el hidrógeno, lastrado por factores como su baja eficiencia, elevado
precio, y sobre todo la complicación para su transporte y almacenamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios aqui: