En
los últimos años, se puso en evidencia el importante rol de China como un
acreedor clave en América Latina.
Hoy, sin embargo, el escenario parece estar cambiando.
De acuerdo con un reporte del centro de análisis Diálogo
Interamericano y la Universidad de Boston, por primera vez en 15 años los dos mayores bancos
institucionales chinos —el Banco de Desarrollo y el Banco de Exportación e
Importación— no hicieron nuevos préstamos soberanos a América Latina en 2020.
Un giro que resulta algo paradójico para algunos
analistas pues desde 2005 ambas instituciones han estado detrás de grandes proyectos de construcción y
desarrollo en la región, proporcionando más de US$136 mil millones en crédito, especialmente a
países como Venezuela, Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia, según
estimaciones de Diálogo Interamericano.
"Es
irónico. En 2015 China lanzó la primera cumbre de la Ruta de la Seda
pero, al mismo tiempo, comenzaron a caer los préstamos y la inversión directa.
Es como que quieren expandirse en el mundo pero estos dos números
caen...", reflexiona Alicia García-Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico en el banco de inversión
francés Natixis.
A pesar de que la analista advierte que las cifras pueden estar sesgadas
por la información entregada por los bancos chinos —poniendo en duda que
los préstamos hayan caído realmente a 0— , sí reconoce que es una tendencia que viene desde 2015 y
que se ha ido acelerando con el tiempo.
¿Cómo
se explica, entonces, el cambio en la política económica del país liderado por
Xi Jinping?
1. El efecto pandemia
La ausencia de financiamiento en 2020 se explica en gran parte por la crisis desatada a raíz de la covid-19.
La
pandemia golpeó fuerte a Pekín. Aunque fue la única de las grandes
economías en crecer en 2020, se expandió a su menor ritmo en más de cuatro
décadas. En consecuencia,
la política de financiación bancaria se destinó a la propia recuperación de las
compañías chinas.
Así lo explica Margaret Myers, directora del programa
Asia y América Latina de Diálogo Interamericano.
"En
2020, China se concentró en proporcionar financiamiento a empresas de ese país
donde las operaciones se habían visto afectadas por la pandemia, que
estaban enfrentando todo tipo de dificultades. Gran parte del financiamiento se
destinó a eso, hacia la propia recuperación de China", dice.
Para
Alicia García-Herrero, el coronavirus aceleró una tendencia que venía de antes.
"Esto empezó antes de la pandemia. En 2015 se produjo la crisis
bursátil en China y salió muchísimo capital. Entonces se intentó reducir
las salidas de capital. Y con la guerra comercial esto se aceleró aún más, porque necesitaban empujar el
crecimiento interno", afirma.
Además, hay que tener en consideración que en el último año la estrategia
de Pekín ha estado enfocada en otras dos iniciativas: la Ruta de la Seda de la
Salud y la Ruta de la Seda Digital.
Mientras la primera busca impulsar el intercambio comercial de
productos médicos y sanitarios, la segunda tiene como objetivo incrementar el comercio
electrónico y de telecomunicaciones.
2.
Crisis en América Latina
La pandemia también ha venido a profundizar las crisis internas que varios países de América Latina arrastran desde hace algunos años.
Esto se ha traducido en la paralización de proyectos, déficit fiscal, altos
niveles de deuda y dificultad para pagarlas. En consecuencia, algunas
naciones latinoamericanas se han visto incapacitadas de recibir nuevos
préstamos a gran escala.
De hecho, dos de los principales países deudores de China en
Latinoamérica, Venezuela y Ecuador, han tenido que reestructurar sus
deudas en los últimos años.
Prestamos América latina
El caso de Venezuela es quizás el más dramático. A pesar de que el país fue el principal destino de préstamos de China —representando el 45% de la política de financiamiento total a América Latina desde 2005— en los últimos cuatro años no ha recibido nuevos préstamos por parte de Pekín.
"El
detonante de todo esto es Venezuela. Cuando en 2015 Venezuela intentó renegociar con
Rusia, China se asustó porque vio que la situación era insostenible. Y
ahí hizo un giro en la región", explica Alicia García-Herrero.
"Cuando
el Banco de Desarrollo de China analiza la situación en Venezuela, se inclina
naturalmente a no darle más dinero pues las cosas no se ven bien",
señala.
Lauren Johnston, investigadora del Instituto de China de
la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de
Londres, afirma que, más
allá de las razones políticas, lo anterior también se explica por la
disminución en la demanda de petróleo.
El
petróleo ha sido clave para los préstamos de China en algunos países de la
región como Venezuela.
"China
está reemplazando el petróleo por otras formas de energía y cambiando su
modelo económico".
Las palabras de Johnston hacen aún más sentido si se
tiene en consideración que la política de financiación china se enfocó
principalmente en Energía. Y que, de hecho, le ofreció a países ricos en petróleo, como Venezuela y
Ecuador, la opción de pagar sus deudas justamente con petróleo.
Según la investigadora, ahora China estará más interesada
en energías renovables.
"China
seguirá estando interesada en cualquier tipo de mineral renovable y creo
que emitirá préstamos para aquellos que le ofrezcan eso pues está muy seguro de
que la demanda crecerá en el futuro", asegura.
3.
Cambio de modelo
Otra de las razones que explica la disminución en los nuevos préstamos soberanos chinos en países de América Latina es que el gigante asiático está cambiando la forma de hacer negocios en la región.
"Los préstamos soberanos tal vez ya no sean un
modelo interesante para China porque existen riesgos asociados con vincularse a un gobierno en
particular en la región", explica Margaret Myers.
La directora del programa Asia y América Latina de
Diálogo Interamericano añade que ahora las empresas chinas están más interesadas en
participar de asociaciones público-privadas o en otras formas de inversión.
¿Hasta dónde llega la influencia de Rusia y China en
América Latina?
"Los bancos chinos entraron en la región proporcionando financiamiento a los gobiernos en un esfuerzo por ayudar a las empresas chinas a establecer una huella porque no tenían reputación. Y con el tiempo, estas empresas han operado en varios sectores y han establecido su propio tipo de relaciones", dice Myers.
"Por eso en muchos casos ya no necesitan ese tipo de financiación impulsada
por el Estado para poder asegurar acuerdos. Pueden negociar estos
acuerdos a nivel local", agrega.
Venezuela ha sido el principal destino de préstamos de
China, sumando más de US$62.000 millones.
Por su parte, Alicia García-Herrero afirma que Pekín se
dio cuenta de que los
préstamos soberanos corren un riesgo de renegociación que no les atrae.
"Al ser empujados por el G20, China ahora se encuentra con la
situación de que tiene que adoptar criterios multilaterales para la
renegociación de la deuda y no quiere", dice.
Con todo, las analistas coinciden en que, si bien los
préstamos han disminuido, China no ha perdido el interés en la región.
"A
China sí le interesa la región pero en esas cantidades de préstamos ya no tiene
sentido porque es demasiado arriesgado", concluye García-Herrero.
La ausencia de financiamiento en 2020 se explica en gran parte por la crisis desatada a raíz de la covid-19.
La pandemia también ha venido a profundizar las crisis internas que varios países de América Latina arrastran desde hace algunos años.
El caso de Venezuela es quizás el más dramático. A pesar de que el país fue el principal destino de préstamos de China —representando el 45% de la política de financiamiento total a América Latina desde 2005— en los últimos cuatro años no ha recibido nuevos préstamos por parte de Pekín.
Otra de las razones que explica la disminución en los nuevos préstamos soberanos chinos en países de América Latina es que el gigante asiático está cambiando la forma de hacer negocios en la región.
"Los bancos chinos entraron en la región proporcionando financiamiento a los gobiernos en un esfuerzo por ayudar a las empresas chinas a establecer una huella porque no tenían reputación. Y con el tiempo, estas empresas han operado en varios sectores y han establecido su propio tipo de relaciones", dice Myers.
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