“Si
un hombre deja de lado la educación, camina cojo hasta el final de su vida”
-Platón
En la investigación económica existen innumerables textos
que sustentan a partir de procesos de investigación y de cruces de variables la importancia que tiene para el
crecimiento económico que la población de un país acceda a una educación de
buena calidad.
Desde
Sócrates, Platón y Aristóteles la humanidad reconoce el valor de la educación
para la convivencia, la justicia, la democracia, el arte, el amor y el
desarrollo de las virtudes humanas. Además, desde el siglo pasado
diversos economistas han presentado evidencia sobre el impacto que tiene la
educación en el crecimiento, así como en el desarrollo económico y social de
los países.
Harry A. Patrinos, gerente en el sector educativo del
Banco Mundial, se preguntó ¿por
qué la educación es una variable clave en el desarrollo económico? Él
destacó que la educación
debe ser siempre observada como una inversión con retornos altos, además
sostuvo que fueron “los economistas ganadores del Premio Nobel los que
impusieron el argumento de la educación como inversión. T. W. Schultz sostuvo
que la inversión en la
educación explica el crecimiento y Gary Becker nos dio la teoría del
capital humano. En pocas palabras, la teoría del capital humano postula que invertir en la educación
ofrece beneficios en términos de la obtención de salarios más altos”.
La afirmación anterior en el caso colombiano está
ampliamente probada en el seguimiento que realiza el observatorio laboral para
la educación, por ejemplo para el 2015, según el observatorio el salario
promedio de los recién graduados de programas de posgrado (especializaciones,
maestrías y doctorados), fue de $3.370.059, mientras que el de los graduados de
pregrado (técnicos profesionales, tecnólogos y universitarios) fue de
$1.512.629, es decir 2,2
veces el salario de los titulados de pregrado. El 92,5% de los recién
graduados de posgrados se vinculó formalmente al mercado laboral, cifra que se
encuentra 15,2 puntos porcentuales por encima de la tasa de vinculación de los
graduados de pregrado.
Así mismo, en el documento "Accounting for
Cross-Country Income Differences" (2005) Francesco Caselli desglosa la
función de producción agregada con el fin de tener una mejor explicación de la
composición y cambios en el Producto Interno Bruto, PIB. Caselli obtiene que la
educación para la formación de capital humano explica el 13% de la función
agregada (el capital explica el 20% y la salud el 4%, entre otros). Sin
embargo, esta metodología supone que puede haber una perfecta sustitución entre
trabajadores: por ejemplo,
podríamos sustituir un trabajador con doctorado por cuatro trabajadores con
bachillerato y obtener el mismo resultado. Esto implica que la
composición de la fuerza laboral no tiene efecto alguno sobre la productividad
de los trabajadores, en otras palabras, que un trabajador con maestría tiene el mismo efecto sobre un
grupo de trabajo que un profesional.
Caselli
no está de acuerdo con este planteamiento y por lo tanto analiza el caso
en el que existe sustitución imperfecta entre trabajadores, es decir que la
productividad marginal de cada trabajador se vea afectada por sus compañeros de
trabajo. Al hacer este supuesto, la sustitución imperfecta explicaría un 23% de
la función de producción agregada, y por ende en su análisis le da un
extraordinario valor a la importancia de la educación. Sumando los porcentajes que se han mencionado, la
educación, bajo el supuesto de sustitución imperfecta entre trabajadores,
llegaría a explicar el 36% de la función de producción agregada y por lo
tanto se convertiría en la
variable más importante para generar crecimiento del PIB y por ende el
desarrollo de un país.
Caselli sostiene que el consenso actual entre los
teóricos de la economía es que “la eficiencia es al menos tan importante como el capital para explicar
las diferencias de ingreso”, eficiencia y calidad de la educación van de
la mano.
Las afirmaciones de Patrinos, Caselli y de otros como
James Heckman sobre la importancia de invertir en educación y los resultados
positivos en crecimiento económico y retornos, también están sustentadas en el
muy buen documento de Eric A. Hanushek y
Ludger Wößmann (2007) The Role of Education Quality in Economic Growth quienes concluyen que existe una
fuerte evidencia para afirmar que la calidad de la educación y las habilidades
cognitivas de la población están relacionadas con los ingresos individuales y
con la distribución de los resultados del crecimiento económico. Ellos
señalan que no basta aumentar la sola asistencia escolar (cobertura), o
incrementar el número de años de escolaridad de la población para crecer y
mejorar el bienestar de la población. El problema no es de logros escolares, el problema es de
capacidades y de la calidad de los aprendizajes necesarios para que los
ciudadanos prosperen en el futuro.
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