Cuando
hablamos de cambio climático, una fuente común de confusión es la diferencia
entre tiempo y clima. El tiempo es el conjunto de condiciones meteorológicas en
constante cambio que experimentamos cuando salimos al aire libre, mientras que
el clima es el promedio de esas condiciones a largo plazo y se suele
calcular en un periodo de 30 años. O, como dirían algunos, el tiempo es tu
humor y el clima es tu personalidad.
Por lo tanto, aunque 1 grado Celsius no represente un gran cambio en el tiempo, es un
inmenso cambio en el clima. Como ya hemos visto, basta para derretir el hielo y aumentar los
niveles del mar, cambiar los patrones de precipitación de todo el mundo y reorganizar los ecosistemas,
pues provoca que los animales huyan a hábitats más fríos y mata millones de
árboles.
También es importante recordar que 1 grado representa el promedio global y
muchas partes del mundo ya se han calentado más que eso. Por ejemplo,
las áreas de tierra se han calentado casi el dos veces más que la superficie
del mar. Y el Ártico se ha
calentado unos 2,5 grados. Esto se debe a que la pérdida de nieve y hielo en latitudes altas
permite que el suelo
absorba más energía, lo cual provoca que haya más calor además del calentamiento de los
gases de efecto invernadero.
Los cambios relativamente pequeños a largo plazo en los
promedios climáticos también cambian los extremos de manera significativa. Por
ejemplo, las olas de calor
siempre han existido, pero en los últimos años han batido récords. En
junio de 2020, una ciudad de Siberia registró temperaturas de 38 grados. Y en
Australia, los meteorólogos han añadido un nuevo color a sus mapas
meteorológicos para mostrar las zonas donde las temperaturas superan los 51,6
grados. El aumento del
nivel del mar también ha incrementado el riesgo de inundaciones debido a las
mareas de tempestad y las mareas altas. Estos son los primeros síntomas
del cambio climático.
Y
nos esperan más cambios en el futuro: hasta 4,5 grados Celsius de calentamiento
global medio para finales de siglo, en el peor de los casos. Como
referencia, la diferencia en las temperaturas medias globales entre el momento
actual y el pico de la última edad de hielo, cuando las capas de hielo cubrían grandes partes de
América del Norte y Europa, es de unos 5,5 grados Celsius.
Conforme
el Acuerdo de París, al cual el presidente estadounidense, Joe Biden, se acaba
de unir otra vez, los países han acordado hacer el intento por limitar el
calentamiento total entre 1,5 y 2 grados Celsius respecto de la temperatura
previa a la Revolución Industrial. E incluso este margen reducido tiene
consecuencias enormes. De acuerdo con estudios científicos, es muy probable que la diferencia
entre 1,5 y 2 grados Celsius sea la diferencia entre la supervivencia y la
extinción de los arrecifes de coral, así como entre la continuidad del
hielo marino en el Ártico durante el verano o su completa desaparición. También determinará cuántos millones
de personas sufrirán de escasez de agua y pérdidas de cosechas, así como
cuántas personas se están yendo de sus casas debido al aumento en el nivel del
mar. En otras palabras,
0,5 grados Celsius es un mundo de diferencia.
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