¿Qué
puede hacer EUA para aprovechar al máximo sus lazos económicos con China? He
aquí unas cuantas opciones:
1.
Bloquear a China: en una columna en el New York Times, Paul Krugman, el
laureado economista ganador del premio Nobel de la Universidad de Princeton,
respaldó la idea de imponer
un arancel temporal del 25% sobre las importaciones provenientes de China hasta
que la nación subiera significativamente el valor del yuan. Al mantener
su moneda devaluada en un período letárgico de demanda global, China se encuentra, en efecto,
exportando su problema de desempleo a EUA. Es un mundo en donde el
mercantilismo realmente funciona y perjudica al prójimo. Incluso si China se
niega a retroceder en su lucha cambiaria, EUA saldrá adelante debido a que los
aranceles generarían más empleos en casa sin causar inflación.
2.
Declarar una emergencia: Ian Fletcher, del Consejo Empresarial e
Industrial de EUA y autor del tratado “El Comercio Libre no Funciona”, dice que el
presidente Barack Obama debería hacer como el presidente Richard Nixon cerca
del año 1971 y declarar una crisis de balanza de pagos, queriendo decir que EUA
no puede cubrir los costes de sus importaciones. Eso, dice él, le dará pie a
Washington a que imponga
aranceles a las importaciones de todas partes del mundo. Aunque menos
discriminatoria que la de los aranceles para China solamente, la solución de
Fletcher sería la de socavar las demandas de EUA hacia el liderazgo del sistema
global de comercio.
3.
Utilizar la OMC: China
reformó su economía comunista para poder calificar en la Organización Mundial
del Comercio, pero ésta ha reincidido en los malos hábitos desde que
ganara su membresía en 2001. La intención de “innovación autóctona” que ganó
velocidad el año pasado –un
intento por convertirse en autosuficiente tecnológicamente hablando al aprender
del Occidente– es la última manifestación de una tendencia china que
hace una regresión al Movimiento de Auto-Fortaleza de la Dinastía Qing a
finales del siglo XIX. EUA podría utilizar la OMC más agresivamente para evitar
que China favorezca a los productos domésticos sobre las importaciones. China
toma el acatamiento de manera seria. El problema: China ha aprendido a jugar el juego de la OMC; sabe como
crear políticas industriales con herramientas que no despierten un caso en la
OMC.
4.
Hablar, hablar, hablar: mientras haya más puntos de contacto entre EUA y China,
mejores son las oportunidades de progreso. Un programa conocido como Diálogo
Estratégico y Económico EUA-China, iniciado durante el mandato del presidente
George W. Bush, expandió las conversaciones entre China y EUA más allá de los
asuntos de comercio para así incluir aspectos de carácter cambiario y
económico. El frecuente Foro de Inversión EUA-China, igualmente comenzado
durante Bush, pone en contacto a los estadounidenses con los planificadores
centrales de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China. Los importadores chinos,
consumidores, e incluso los obsesionados por la tecnología de vanguardia con
frecuencia demuestran intereses que se alinean con los de EUA.
5.
Poner orden en casa: China no está forzando a los estadounidenses a vivir más
allá de sus medios. Si
EUA consumiera menos y produjera más, su déficit de comercio con China –y con
el del resto del mundo– se reduciría. EUA tuvo déficits de comercio
bilaterales con más de 90 países –y la razón de los mismos fue que no se
ahorró. Innovar es tan
esencial como ahorrar. Para justificar un estándar de vida que esté más
allá de el de China, EUA debe elaborar productos y servicios que China sea
incapaz de elaborar, y por los cuales el mundo esté dispuesto a pagar una
prima. El poner orden en
casa es más fácil decirlo que hacerlo. Incluso si China proclamara que el
impulsar el consumo es una prioridad nacional –por ende reconocer la necesidad
de volver a darle equilibrio a su economía– está batallando en contra de
las fuerzas del mercado que reducirían las tasas de ahorro en China e
incrementaría el ahorro en EUA. Ese es todo el punto de comprar US$900 mil
millones en Títulos del Tesoro de EUA para mantener al dólar en alza y al yuan
en baja. En cuanto a la excelencia tecnológica, las multinacionales de EUA no
le están poniendo fáciles las cosas a los trabajadores estadounidenses para que
éstos se destaquen. Ninguna aproximación a China es a prueba de tontos. La única opción es sacar
provecho de una situación difícil, recordando que ambas partes tienen mucho que
perder.
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