Cuestan
miles de dólares y prometen paliar los efectos de enfermedades para las que
todavía no hay cura. Ahora el gobierno de EEUU alerta de sus riesgos
Los
peligros de las terapias con plasma que están de moda en Estados Unidos Pueden
ser peligrosas y no se conoce el beneficio.
No tienen ningún beneficio probado y, además, pueden ser
peligrosos.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados
Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) advirtió este martes de los riesgos que
suponen estos tratamientos que se han puesto de moda en Estados Unidos y que
pueden costar entre US$8.000 y US$12.000.
Las polémicas transfusiones de sangre joven para frenar
el envejecimiento a las que se someten algunos millonarios en California
Terapia de vampiro: el periodista de la BBC que comió su
propia sangre
El
plasma es la porción líquida de la sangre que contiene los factores que
permiten su coagulación, anticuerpos y otras proteínas, pero no las células
blancas ni rojas.
La “terapia” se practica como una transfusión normal, por
vía intravenosa, en la que el paciente recibe el plasma de un donante,
generalmente más joven, bajo la creencia de que puede beneficiarse de sus
plaquetas enriquecidas.
Bolsa que contiene una jeringuilla con líquido amarillo,
el plasma.
El plasma es salado, arenoso y de color amarillento
traslúcido.
Antes de administrase el plasma en el receptor, la sangre
pasa por un proceso de desinfección que incluye un centrifugado y distintos
cambios de temperatura para separar los componentes del plasma de los del resto
de la sangre.
Los
riesgos
Estas
terapias se anuncian para tratar enfermedades como el alzhéimer, el párkinson,
la esclerosis múltiple, el estrés post-traumático y la pérdida de memoria, pero
la FDA ha advertido en su comunicado de que no hay pruebas que sostengan su
eficacia.
“El plasma no está aprobado por la FDA para tratar
afecciones como el envejecimiento normal o la pérdida de memoria. Además, no se
han realizado estudios fehacientes que muestren el beneficio clínico de la
administración de plasma de donantes jóvenes y existen riesgos de seguridad
asociados”.
Y es que, dice la agencia, si existen algunos beneficios,
éstos son mucho menores que los peligros que entraña. Entre los más destacados
cita:
Infecciones: las dosis de plasma que se administran son
elevadas y aunque se analiza para detectar agentes infecciosos, siguen
existiendo riesgos de transmisión de bacterias.
Alergias:
las transfusiones de plasma están muchas veces relacionadas con reacciones
alérgicas graves como la anafilaxis, que puede provocar urticaria y bloquear
las vías respiratorias.
Hombre
palpándose el pecho en señal de dolor.
Las personas con alguna cardiopatía preexistente pueden
tener más complicaciones al someterse a este tratamiento.
Problemas respiratorios: ocasionalmente, la transfusión
de plasma pueden causar lesiones pulmonares agudas.
Complicaciones cardiovasculares: a veces, una transfusión
puede causar una sobrecarga del sistema circulatorio, haciendo que el cuerpo se
inflame y dificultando al respiración. Las personas con alguna cardiopatía
preexistente tienen más probabilidades de experimentar complicaciones.
Regulación
Por
último, la agencia aclara que estos tratamientos con plasma están pensados para
pacientes con afecciones muy específicas que acuden a centros que cumplen con
las regulaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados
Unidos y supervisados por un médico.
Los tratamientos con plasma llevan unos años de moda en
Estados Unidos y desde 2015 empezaron a aparecer en América Latina, donde el
más frecuente es el tratamiento con Plasma Rico en Plaquetas (PRP), que supone
la autotransfusión de tu propio plasma tratado y despojado de agentes
infecciosos.
Ya
hace tres años, la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología
lanzó una advertencia por los riesgos de infección que suponen este tipo de
terapias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios aqui: