El
presidente de Novus Civitas cuenta cómo se ha reinvertado en su vida
empresarial. Lidera el proyecto inmobiliario Serena del Mar, en Cartagena.
“Determinación, persistencia y
pasión son los pilares de todo proyecto en formación”, así concluyó
Rafael del Castillo el evento Lecciones Empresariales organizado por Uniandinos
y
En charla con Ricardo Ávila, director de este diario, el
empresario cartagenero contó a más de 60 personas diversas claves para la vida
de las empresas.
Con
la premisa de redefinirse todos los días, el Presidente de Novus Civitas
destacó la importancia de
adaptarse al entorno y nunca desfallecer ante las adversidades.
“Todos
los días hay que valorar nuevas ideas. En Colombia todo cambia tan
rápido, que hay que estar dispuesto al cambio constante”, afirmó Del Castillo.
Y es que la historia del también representante de Bolívar
ante la Andi y presidente del Consejo Gremial de Bolívar, lo ha llevado desde
vender computadores, hasta emprender en construcción. Sector en el que está
enfocado hoy y en el que está desarrollando el proyecto Serena del Mar, que,
según Ávila, puede ser “el proyecto de desarrollo de vivienda y otras
edificaciones más ambicioso de la historia de Colombia”.
Durante el evento, potenciales empresarios discutieron
con Del Castillo sobre las implicaciones de crear empresa hoy en Colombia, quien destacó la importancia de
“nunca depender de la legislación fiscal de un país”.
Además de agregar su experiencia en el tema, mencionó que
en la década de 1990 estaba a punto de montar una línea de ensamble de
computadores, cuando se decretó dar vía libre a la importación de estos
equipos.
Como miembro de las juntas directivas de Camacol Bolívar,
Aviatur, ISA Transelca, entre otras, el cartagenero recomienda “no demostrar flaqueza, tener
pasión, motivarse y creer firmemente en su proyecto”.
Sumado esto a que se torna vital aprender de la cultura de cada región,
buscando así acoplarse a
esta y con el fin
de entender las necesidades de su gente y crear empresa.
Se trata, pues, de la historia de vida de un
administrador de empresas que empezó con proyectos en computadores, pasó a
vender tubos petroleros y terminó dedicado a la construcción.
Lo anterior, entendido en su mismo precepto de que es determinante separar los
tiempos políticos de los empresariales, y desligarse de los primeros.
“La
vida útil de un político está entre cuatro y ocho años, mientras que la
de una empresa puede ser hasta de 100 años”, aseguró.
En este sentido, vale la pena destacar su participación
activa en la empresa familiar Rafael del Castillo & CIA, creada por su
bisabuelo en Cartagena en 1861 como una casa comercial de telas y víveres.
Organización que en los últimos tres años, ha creado un
nuevo silo para aumentar su capacidad de almacenamiento de trigo y ha adquirido
las marcas Induharinas y Molinos Barranquilla, además de ampliar su portafolio
de productos.
LA
CIUDAD SOÑADA
Al anterior se suma su proyecto más importante, Serena del Mar, ubicado al norte
de Cartagena, el cual trata de un “desarrollo inmobiliario con todos los servicios: vivienda,
hotelería, comercio, salud, educación, etc.”, aseguró.
Basada en la ecosostenibilidad y en preservar un entorno
social incluyente, Del Castillo promueve esta microciudad desde su posición en
Novus Civitas, propendiendo porque sea “modular y autosostenible en el proceso”.
Al ser de tan gran magnitud, esta ciudad soñada, como él
la llama, presenta actualmente un ciclo de 20 a 25 para su construcción, buscando que allí puedan
convivir personas de todos los estratos sociales.
Sin embargo, el empresario insiste en que no deben
dejarse de lado los proyectos personal (en su caso, la organización familiar), buscando siempre adaptarse a lo
que las personas demandan.
Puesto que “como empresario, hay que resolver las
necesidades del consumidor”, sumado a que “entregarle un espacio a las comunidades genera valor como
emprendedor”, concluyó.
COLOMBIA TIENE BUEN PANORAMA
Si bien el panorama siempre es difícil para los
empresarios, si uno se
dedica a buscar lo bueno, lo encuentra”, afirma el empresario
cartagenero, quien también destacó la activa participación en el evento.
En cuanto al proyecto Serena del Mar, Del Castillo agregó
que otras ciudades colombianas tienen la capacidad de albergar este tipo de
ideas, destacando por ejemplo que Bogotá tiene buen espacio para construir,
pero debe pensarse en municipios aledaños.
Esto lo motiva, pero prefiere esperar a ver qué sucede con Serena del Mar,
para “no cometer errores del pasado”.
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