Antes
de ver a un médico, la mayoría de los pacientes recurren a sitios web y a
aplicaciones móviles.
Sin embargo, hay investigaciones que demuestran que estas opciones no son muy
buenas, así que se recomienda actuar con precaución.
Hace unos años, médicos de la Mayo Clinic pusieron a prueba la sensatez
de buscar consejos de salud en línea. Llegaron a la conclusión de que hacerlo es algo arriesgado.
De acuerdo con su estudio, es
más probable que, al buscar consejos de salud en internet, no obtengamos
consejo alguno o nos quedemos con un consejo a medias.
Los
médicos valoraron la calidad de la información en los sitios principales que
arrojaron Google, Yahoo y Bing después de hacer búsquedas en torno a dolencias
de salud comunes como “dolor en el pecho” o “dolor de cabeza”.
Ninguno
de los sitios que examinaron pudo listar los síntomas necesarios para que el
usuario obtuviera una evaluación inicial precisa, ya sea para que acuda
a la sala de emergencias, llame
a un médico o trate el malestar en casa. Una tercera parte de los sitios
ni siquiera mencionó los síntomas clave. Entre los sitios que sí contaban con
una revisión de síntomas críticos, cuatro de 10 no ofrecían consejo alguno de triaje.
Incluso cuando los evaluadores de síntomas en línea
sugieren diagnósticos, pueden
ofrecer tantos que es poco probable que los pacientes sean capaces de deducir
qué diagnóstico es el más probable. Un estudio halló que los adultos
mayores pueden encontrar el diagnóstico correcto de una enfermedad solo la
mitad de las veces cuando utilizan Google o WebMD.
En
vez de buscar en internet, ¿por qué no utilizar una aplicación de revisión de
síntomas que pueda descargarse en el celular o la tableta? Esas
aplicaciones —algunas provenientes de instituciones de confianza como Harvard
Medical School o Mayo Clinic, entre muchas otras— están diseñadas específicamente para ofrecer acceso al
alcance de un clic a diagnósticos y consejos de triaje. Sin embargo, no
están reguladas para ofrecer seguridad ni precisión.
El año pasado, investigadores de Harvard Medical School y
RAND Corp. evaluaron el diagnóstico y precisión de triaje de 23 de los revisores de
síntomas más populares, algunos de los cuales tienen millones de usuarios.
Encontraron que solo una tercera parte enlistaba el diagnóstico correcto a la
primera, la mitad lo tenía
entre las primeras tres sugerencias y el 58 por ciento incluía el diagnóstico
correcto entre las primeras 20 sugerencias.
Las habilidades de diagnóstico eran mejores para los
problemas que podían tratarse en casa, para los cuales el diagnóstico principal era correcto el 40 por
ciento de las veces, o para aquellos que eran más comunes, para los cuales el diagnóstico
principal era correcto el 38 por ciento de las veces.
Las
aplicaciones evaluadas dieron el triaje correcto el 58 por ciento de las veces,
y una tasa más alta para problemas más serios que requieren cuidado inmediato.
Una razón es que los revisores de síntomas tienden a querer evitar riesgos.
Están sesgados para aconsejar a los pacientes que busquen ayuda médica incluso
cuando el cuidado personal es apropiado. Algunas de las aplicaciones evaluadas siempre aconsejan buscar ayuda
profesional, incluso para condiciones que no la requieren.
Aunque es mucho menos práctico, hablar con un profesional médico podría ser una
ruta más expedita para recibir un consejo médico preciso. Sin embargo,
la probabilidad depende de con quién se habla, una enfermera por teléfono o un
médico en persona.
Llamar a una línea telefónica de triaje atendida por
enfermeras —que ofrecen algunos planes de seguros médicos— podría resultar igual o solo un
poco mejor que las aplicaciones en cuanto a la precisión del diagnóstico y el
triaje adecuado.
Una reseña sistemática de 2012 halló que la mayoría de los servicios
telefónicos ofrecieron consejos precisos más de dos tercios de las veces.
Un estudio de dolor abdominal pediátrico halló que la precisión del triaje telefónico era del 61 por
ciento. Otro lo fijó en 60 por ciento. Sin embargo, los servicios han sido
criticados por aumentar el número de visitas al médico y hacer que demasiadas
personas vayan a las salas de emergencia después de haber recibido un consejo
demasiado precavido.
Aunque las aplicaciones podrían estar aproximadamente en
el mismo rango de las consultas telefónicas en cuanto a la precisión del
triaje, son sustitutos
deficientes de la consulta médica en persona. Los estudios han encontrado que las tasas de error
en el diagnóstico médico son mucho menores que las de las aplicaciones,
aunque aún se encuentran entre el 10 y el 15 por ciento de rango, según algunos
cálculos (otros dicen que es tan bajo como el cinco por ciento).
Ver
a un médico en persona toma mucho tiempo y, para algunos, cuesta mucho dinero.
Así que es comprensible que la gente recurra a métodos más eficientes, como utilizar sitios web,
aplicaciones y el celular. No obstante, mientras lo hacen, no deberían
suponer (todavía) que la precisión del diagnóstico es mejor.
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