Puede desatar un tsunami en las
relaciones continentales, por su retórica antiinmigración y proteccionista, o
su idea de levantar un gran muro con México.
"Si (Trump) lleva a cabo lo que
está diciendo, esto va a reventar relaciones no solamente con América Latina
sino con todo el mundo", dice el presidente de Diálogo Interamericano, un centro de
análisis en Washington.
Piensa renegociar el tratado Nafta de
EE.UU. con
México y Canadá, y ha rechazado el Acuerdo Transpacífico que Obama impulsó con 11 países,
incluidos México, Perú y Chile.
Trump define el Nafta como "el
peor" acuerdo comercial jamás firmado y ha hablado de imponer un arancel
de 35% para importaciones desde México.
Claro
que América Latina para
EE.UU. está fuera de la urgencia que generan otras regiones del mundo
con sus propias crisis, como Europa tras el Brexit, Medio Oriente y los
conflictos en Irak, Siria y Afganistán.
Pero
Valenzuela señala que "la
posible excepción de Venezuela donde la crisis económica, institucional y
humanitaria ha alcanzado niveles de gravedad que no se han visto en país
de la región en mucho tiempo".
Trump ha indicado que podría acabar con
las medidas para normalizar relaciones con Cuba. El estado de Florida de plantarse
"contra la opresión del régimen de Castro en Cuba", y manifestarse
"en solidaridad con el pueblo de Venezuela, que ama la libertad".
"Por toda Latinoamérica la gente
está viviendo en opresión", dijo Trump. "Obama y Clinton han abandonado a
nuestros amigos en Latinoamérica y entregado sólo pobreza y desempleo a los
hispanoestadounidenses aquí en casa".
Trump habló del inicio de la campaña de
deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados que hay en EE.UU., en su
mayoría latinoamericanos, aunque recientemente moderó su retórica y sugirió que
se enfocaría en los que
tienen antecedentes penales.
Trump apoya las acciones para
regularizar la situación de inmigrantes sin papeles que están hace tiempo en el
país.
"Introduciré una reforma migratoria abarcadora en los primeros 100 días
(de gobierno) con el camino a la ciudadanía", dijo en su último debate con
Trump.
Este tema también impacta directamente
en la economía de América Latina, que recibe por año más de US$65.000 millones
de en remesas enviadas por inmigrantes en EE.UU. según estudios, y en la situación de
muchas familias que esperan permisos para volver a estar juntas.
El
año pasado dijo que "el concepto de apertura con Cuba está bien" y la
revista Newsweek informó que en 1998 una empresa controlada por él exploró
"secretamente" negocios con la isla, pese las prohibiciones de
EE.UU.
Noriega,
que actualmente se desempeña en el centro de análisis conservador American
Enterprise Institute, señala
que una de sus mayores preocupaciones con Trump es que "no toma el consejo
de sus consejeros".
Trump
ha dirigido su mensaje más hacia México, un país que sorpresivamente visitó en
plena campaña para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto y al que sin
embargo quiere obligar a
pagar por el muro fronterizo.
Pero su retórica, que ha incluido
calificaciones de "criminales" y "violadores" para los
inmigrantes mexicanos, "ha sido ofensiva para toda América Latina", sostiene Shifter.
"Esto ya ha costado bastante y va
a haber muchísimas más dificultades para cooperar en cualquier tema".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba sus comentarios aqui: