ÍNDICE DE GINI


El grado de concentración de bienes y recursos los medimos a través del índice de Gini. (Conrado Gini, estadístico, demógrafo y sociólogo italiano que desarrolló el coeficiente de Gini, una medida de la desigualdad en los ingresos de una sociedad) Este indicador es una medida de la concentración del ingreso, que toma valores entre cero y uno. Cuando el valor del Gini se acerca a uno -la extrema desigualdad- indica que hay mayor concentración del ingreso. En cambio, cuando se acerca a cero -la perfecta equidad- la concentración del ingreso es menor. El Gini sería de cero si todos tuvieran el mismo ingreso, y sería de uno si una sola persona concentrara todos los ingresos.

De 0.33 en adelante se marca como un coeficiente no deseable, pero a partir de los 0.500 nos representa a países o comunidades con una enfermiza desigualdad, propia de sociedades capaces de presentar síntomas indecentes de inseguridad e injusticia. En estos países, se encuentra ausente la dignidad de un alto porcentaje de su población.

América Latina es la región del planeta con peor distribución, toda vez que sus recursos permitirían mejorar en gran medida sus asimetrías, de hecho sus países integrantes aparecen con coeficientes superiores a las 500 décimas o más, lo que resulta muy perverso para efectos de su desarrollo social. Los países con mayor desarrollo humano, de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), han hecho un esfuerzo permanente para mejorar sus sistemas de distribución de rentas a través de programas que permiten redistribuir bienes y saberes que ofrecen más y mejores oportunidades para los grupos sociales más rezagados.
El índice de Gini mide hasta qué punto la distribución del ingreso (o, en algunos casos, el gasto de consumo) entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución perfectamente equitativa.

Si el peor problema de America Latina es que el desarrollo no distribuye de manera equitativa sus beneficios, sino que los concentra en las clases más favorecidas y en las ciudades, ¿por qué los Gobiernos y los poderosos se hacen los locos? De ahí la necesidad de responder la otra pregunta: ¿quién le teme a la equidad? Si esta respuesta no se sincera, nunca se podrá salir de la vergonzosa posición de ser unos de los países más injustos de la región y del mundo.

¿Quienes LE TEMEN a la equidad?
* Los sectores más ricos de la población. La razón: la mayor equidad solo se logra con transformaciones profundas: educación pública excelente y gratuita, acceso a capital y tierra, es decir una política universal, lo que exige que ellos, los individuos ricos, deban pagar muchos más impuestos. Además, dejar de hacerle ‘conejo’ al país. En realidad, a quienes les hacen daño es a los pobres, a los vulnerables y a las clases medias, que necesitan el apoyo, no limosnas del Estado.
* Los gobiernos, todos, de derecha y de centro. La razón: los grandes ricos mandan, y con una llamada al presidente de turno acaban con cualquier reforma tributaria que ‘los perjudique’. Algo similar hacen las enormes empresas nacionales e internacionales.
* Los partidos políticos. La razón: no hay nada más impopular que plantear impuestos, y ellos prefieren los votos que el bienestar de los sectores que necesitan recursos públicos para promover su desarrollo.
* Los economistas ortodoxos. La razón: su idea es que son los grandes capitales los que crean desarrollo y desprecian el papel del Estado para lograr equidad.
Recomendaciones

La Comisión de la OMS formula tres recomendaciones para los países con altos niveles de concentración del ingreso:
  Mejorar las condiciones de vida;
  Luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos;

  Medir la magnitud del problema, analizarlo y evaluar los efectos de las intervenciones.

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