VIDA Y OBRA DE CHARLES FOURIER


Nace: 7 de abril de 1772
Lugar: Besanzón, Doubs, Francia
Muere: 10 de octubre de 1837
Lugar: París, Francia

Uno de los padres del cooperativismo.

Hijo de un comerciante de paños, Charles Fourier se interesa desde pequeño por la arquitectura, pero no puede estudiar en la Escuela de Ingeniería Militar porque no provenía de una familia noble.

Tuvo una formación autodidacta, absorbiendo a través de la lectura las influencias de diversas corrientes de pensamiento del siglo XVIII.

En 1781, tras la muerte de su padre, Charles Fourier hereda una parte de su fortuna, que le permite viajar por toda Europa. En 1791 se establece en Lyon, donde trabaja como mercader y tiempo después en París, desempeñando el cargo de jefe de la Oficina de Estadísticas por unos meses.

Con el objeto de obtener conocimientos y experiencias, Charles Fourier cambia de empleos en forma constante, trabajando entre 1791 y 1816 en diferentes lugares.

En 1808 publica sus ideas por primera vez, en la obra "Teoría de los cuatro movimientos", donde proponía fundar un orden social en que todas las pasiones humanas, buenas o malas, encontrasen un lugar legítimo y una satisfacción que redundase en provecho general.

Charles Fourier proponía las creaciones de unidades de producción y consumo, las falanges o “falansterios” basadas en un cooperativismo integral y autosuficiente así como en la libre persecución de lo que llamaba pasiones individuales y de su desarrollo, que llevarían a un estado de armonía.

A pesar del poco éxito que tuvieron sus teorías, continuó desarrollándolas en el "Tratado de la asociación doméstica agrícola" (1822) y en el "Nuevo Mundo industrial" (1829). En 1834, Charles Fourier se traslada a una propiedad que poseía en París, donde fallece unos años más tarde.

Pensamiento y propuestas de Fourier: La base de su doctrina consistía en un hombre natural en donde las pasiones son buenas, por lo que rechazaba el mundo social tal como estaba organizado en su tiempo. Fourier consideraba que había que acabar con las reglas de la moral aceptada y dejar fluir a los instintos como la mentira y la hipocresía. El abandono general de la moral convencional significara el establecimiento del reino de la armonía social.

Para Fourier "existe una unidad del sistema de movimiento para el mundo material y el mundo espiritual". Así la historia humana no es mas que un aspecto del movimiento universal que se fragmenta en cuatro ramas: lo social, lo animal, lo orgánico y lo material.

Fourier creía que la civilización pasaba por determinadas etapas de desarrollo en la que se destacan la confusión, el salvajismo, el patriarcado, la barbarie, luego la etapa por la que pasaba Francia, por ultimo y luego de pasar por una sexta etapa se llegaría "a la pendiente que subía hasta la armonía" que era la ultima etapa de absoluta felicidad y que duraría ocho mil años, después de la cual la historia se invertiría, y la sociedad volvería a transitar nuevamente por el mismo camino de etapas recorrido ya anteriormente.

En los asuntos humanos reinara la armonía universal, estado que se caracteriza por la ausencia de derroche de energía que son típicos de la corrompida sociedad moderna. Por ende, no habrá ni criados, ni burócratas, ni ejércitos, y ni siquiera un buen numero de industria que absorben mucho esfuerzo y que son totalmente inútiles para las necesidades del hombre. La armonía general significara también que la fragmentación del trabajo social moderno será superada: los hombres trabajaran menos, pero trabajaran solidariamente, bajo el signo de la cooperación y la libertad.

En un plan de reorganización de la sociedad Fourier proponía una generalización de ciudades jardines (phalansteres o falansterios) cada uno con una forma de gran hotel, en la que vivirían mil quinientas personas. No existiría ninguna limitación a la libertad, ni una redistribución de la renta del tipo nivelador (ya que la desigualdad de la renta y la pobreza son de ordenación divina, por lo cual todo debería permanecer como esta). Fourier no criticaba la propiedad privada per se, pero si su abuso, por lo que cada residente tendría que poder adquirir las habitaciones según las posibilidades y gustos individuales. Se enfrentaría al "egoísmo desenfrenado" vía cooperación; por lo que la producción económica y las tareas domesticas en el falansterio se realizaría colectivamente; asignando el trabajo sucio a los niños, mientras que los adultos harían solo el trabajo que le gustase. Para Fourier el primer mal del capitalismo era " el conflicto de intereses individuales", y que para eliminarlo cada miembro seria un propietario cooperativo, así como un perceptor de salarios; además cada miembro obtendría una parte de la renta como capitalista y director. Luego cuando todo el mundo estuviese organizado en falansterios, habría un sistema general de garantías, por la cual toda persona seria asistido por un servicio publico que recibirían en caso de necesidad (encontrar empleo, ayuda en caso de enfermedad, etc.). Cuando el mundo viva en falansterios y haya triunfado el garantismo, el hombre transformara la faz de la tierra con grandes obras colectivas.


Frases De Charles Fourier
Si vuestras ciencias dictadas por la sabiduría sólo han servido para perpetuar la pobreza y los conflictos, más bien procúrennos ciencias dictadas por la locura, con tal que calman las furias, que alivian las miserias del pueblo.

El espíritu de propiedad es el más fuerte aguijón que conocen los civilizados; se puede, sin exageración, estimar en un doble del trabajo servil o asalariado el producto del propietario.

Se debería, pues, como primer problema de Economía Política, estudiar el modo de transformar en propietarios, cointeresados o asociados a todos los jornaleros.

 (...) Que la división del trabajo sea llevada al grado supremo, a fin de aficionar cada sexo y cada edad a las funciones más adecuadas.

Comercio es el arte de comprar por tres francos lo que vale seis, y de vender en seis lo que vale tres.

El trabajo socialista deberá, para ejercer una fuerte atracción sobre el pueblo, diferir radicalmente de las odiosas formas con que nos lo presenta el estado actual.

No sacrifiquen la felicidad de hoy a la felicidad futura. Disfruten del momento, eviten toda unión de matrimonio o de interés que no satisfaga vuestras pasiones desde el mismo instante. ¿Por qué van a luchar por la felicidad futura, si ella sobrepasará vuestros deseos, y no tendrán en el orden combinado más que un solo displacer, el de no poder doblar la longitud de los días, a fin de dar abasto al inmenso círculo de goces que deberán recorrer?

Es un chocante liberalismo el que quiere todo para sí y nada para los otros. Tal sucede con los testamentos civilizados: dan todo a la familia como si no hubiera otras clases dignas de liberalismo.

Refutemos un extraño sofisma de los economistas que pretenden que el aumento ilimitado de trabajo manufacturero es un acrecentamiento de riqueza; de donde se deduce que si se consiguiese que todos los individuos gastasen anualmente cuatro veces más trajes, el mundo social obtendría una cuádruple riqueza en trabajo manufacturero.


En la armonía, el obrero, el labrador y el consumidor son un solo y el mismo personaje, que no tiene interés alguno en protegerse a sí mismo, como en la civilización, en la cual cada uno tiende a provocar esas conmociones industriales causadas por los cambios de moda, y a fabricar malas telas y malos muebles, a fin de aumentar el consumo, de doblarlo, y enriquecer a los comerciantes a costa de la masa y de la riqueza real.

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