Política económica donde el gobierno interviene su economía en momentos
de recesión, aumentando el gasto público y estimulando la demanda agregada,
aunque ello implique un incremento del déficit fiscal.
Keynes, John Maynard
Economista británico. Keynes cursó sus
estudios secundarios en Eton, para posteriormente graduarse en matemáticas y
economía en el King's College de Cambridge, donde fue discípulo de Marshall y
Pigou. En esta universidad entabló amistad con escritores y artistas del
denominado grupo de Bloomsbury.
Terminados los estudios, en 1905 ingresó en
la Oficina de Asuntos Indios. Tras permanecer en el país asiático hasta 1908,
de regreso en Cambridge se dedicó la docencia hasta 1915, cuando, ya iniciada
la Primera Guerra Mundial, entró a trabajar en el Tesoro. Fue asesor económico del primer
ministro británico Lloyd George en la conferencia de paz de Versalles, en la
que no fueron atendidas sus recomendaciones de disminuir las reparaciones de
guerra alemanas para lograr así una rápida recuperación de la economía de los
vencidos. Expuso sus desavenencias sobre este tema en "Las consecuencias
económicas de la paz" (1919), obra en la que mostraba también su
oposición al retorno al patrón oro.
En 1930 publicó Tratado sobre el dinero,
donde avanzó algunas de las ideas que expondría en obras posteriores. Durante
la Gran Depresión mostró
su preocupación por el paro permanente de los trabajadores británicos.
En 1936 apareció su monumental Teoría
general de la ocupación, el interés y el dinero, obra revolucionaria en la que
atacó el mecanismo de ajuste automático del desempleo mediante el descenso de
los salarios reales que se encontraba en la base de las teorías clásicas y
neoclásicas sobre el mercado de trabajo.
Por el contrario, Keynes sostuvo que el equilibrio económico no
tenía necesariamente por qué conllevar una situación de pleno empleo.
El modelo keynesiano partía de considerar la renta nacional como
dependiente de la demanda efectiva (en términos
agregados), concepto que recogió de Malthus. En consecuencia, la renta pasaba a depender de
los componentes de dicha demanda, a saber: el consumo y la inversión. A
su vez, el primero estaba determinado por la propensión marginal al consumo (o
parte de la renta personal que se destina al mismo), mientras que la segunda
estaba influenciada por la propensión a invertir, el multiplicador de la
inversión y la relación entre la eficiencia marginal del capital y el tipo de
interés. El tipo de interés adquiría el valor de equilibrio entre la
preferencia por la liquidez y la cantidad de dinero en circulación. Cuanto más alta fuera la
diferencia entre eficiencia marginal del capital y el tipo de interés, mayor
sería la propensión a invertir.
La relación entre la economía monetaria y
la real vendría de la mano del mismo tipo de interés, ya que, por medio de la
preferencia por la liquidez, dependería
el comportamiento del ahorro, y, en consecuencia, de su variable
complementaria: la propensión al consumo.
De este modelo se desprendía pues, como
medidas para la disminución del paro permanente involuntario, la adopción de
una serie de políticas económicas intervencionistas, a saber: aumento de la creación de
dinero, lo que redundaría en un descenso del tipo de interés; aumento
del gasto público, especialmente en inversión en infraestructuras, con el fin
de potenciar la demanda efectiva; una activa redistribución de la renta y, por último, una política
comercial proteccionista, para defender los empleos de las industrias
nacionales.
En todos estos aspectos, las teorías
económicas keynesianas se
convirtieron en el nuevo paradigma que deberían seguir los gobiernos
occidentales tras
la posguerra, y pueden considerarse como las bases del moderno Estado
del Bienestar.
En 1944, Keynes participó en la conferencia
de Bretton Woods, en la que presentó el plan británico, de carácter fuertemente
expansivo, que no fue adoptado en aras del Plan White, auspiciado por Estados
Unidos, partidario de la
vuelta al patrón oro.
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