Los
bancos centrales se encuentran totalmente impotentes. Sí, el Banco Central
Europeo (BCE) puede comprar bonos, pero sólo conseguirá desinflar más el
asunto. Creemos que esta semana puede pasar a la historia financiera como la
semana en la que murió la planificación del banco central - la versión en 2016
de la caída del muro de Berlín. La Fed, el Banco de Japón, el BCE, todos han
sido pesimistas, pero en vano.
Este puede ser el final del ciclo de la deuda (y la
planificación de los bancos centrales) o una crisis profunda que conduzca a una
ronda más de "alargar y disimular". Las acciones de los mercados emergentes podrían perder
otro 25% fácilmente, y el petróleo podría caer a 20 dólares por barril, si no a
15 dólares.
El
escenario está más revuelto que nunca. El estrés financiero está entrando ahora
en "territorio de principios de Lehman''. El rendimiento del bono a
10 años de Portugal está ahora más elevado que durante el tiempo de la Troika
(> 4,5%). Italia tenía 400.000 millones de euros en prestamos no cobrados (a
punto de mora) antes de
esta mini crisis y un mercado de bonos en propiedad de los pensionistas.
Las condiciones
macroeconómicas se están poniendo cada vez peor, en vez de ir a mejor, a pesar
de los menores costes y los bajos precios de las tarifas de energía, así como
el aumento de los salarios.
Si
alguien había pensado que la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen,
iba a calmar a los mercados esta semana, no podía estar más equivocado.
Lo que demuestra lo que venimos advirtiendo desde hace tiempo: los bancos centrales han perdido
el control, pero puede ser algo positivo ya que, de esta manera, el mercado
tendrá un ciclo normal de negocio, aunque pueda resultar doloroso o duro para
algunos bancos.
Los
bancos centrales se han vuelto el centro de atención, pero los políticos
nunca debieron dejar su responsabilidad. Y ahora estamos viendo claramente el reflejo de la inhabilidad de
los bancos centrales y el no hacer nada de la clase política. Por tanto,
ver una retirada de los bancos centrales hacia la sombra sería bueno para la
economía. Es hora de que
los políticos cojan el testigo, es necesario que se invierta en las personas,
en empleos, en infraestructuras, innovación.
Si nos fijamos en el mercado, vamos a "esperar"
a que los 1.800 puntos en el S&P 500 se mantengan esta semana, de lo
contrario volveríamos el máximo de 2007 en 1.580/1.600 puntos. No sé hacia
donde va el mercado desde aquí, pero estoy recibiendo más llamadas y lecturas
de sentimiento más negativas que en cualquier otro momento desde la caída de
Lehman Brothers.
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