QUÉ ES LO QUE MAS PREOCUPA DE LA BANCA


En algunas entidades financieras continúan preocupando los clásicos: la morosidad y la cobertura; en otras, cuestiones nuevas, como sus emisiones de activos subordinados e híbridos así como su exposición a derivados. En todas, la rentabilidad.

 Qué preocupa de la banca Qué preocupa de la banca
El sector financiero, sobre todo el europeo, ha vuelto a dar miedo. Por Deutsche Bank, sobre todo, pero también por Crédit Suisse, las entidades italianas, inmersas en un proceso de saneamiento que no acaba de convencer, y algunas portuguesas, cuya crisis sigue coleando. Cada entidad tiene un problema diferente. Aunque todas ellas tiene uno común, como señala Nuria Álvarez, de Renta 4: «Ahora mismo, lo que más preocupa es la rentabillidad de la parte alta de la cuenta de resultados, sobre todo que ello ocurra en un entorno de recuperación». Pero Joaquín Maudos, profesor del IVIE, apunta que le sigue preocupando el ratio de capital, así como el ratio de eficiencia, mientras que Santiago Carbó, catedrático de la Bangor Business School, considera que aún hay que prestar atención a la morosidad, como en Italia, y como novedad, en esas circunstancias, a la exposición a los derivados. El analista José Carlos Díez apunta que hay que analizar tanto el comportamiento de las acciones de los bancos como de los derivados, para anticipar el coste que a las entidades les podría suponer la realización de ampliaciones de capital.

A partir de estas pautas de los analistas, vamos a realizar un análisis de la situación del sector financiero europeo ratio por ratio.

Eficiencia. Este indicador relaciona los ingresos de una entidad con los gastos de explotación. Un ratio de 40 implica que para obtener unos ingresos de 100, el banco tiene que gastarse 40 euros. Maudos destaca que el sector financiero español es uno de los más eficientes de Europa, gracias al cierre de oficinas y al ajuste de empleo que lleva ya a sus espaldas. Efectivamente, de entre los bancos más importantes de Europa, los españoles sobresalen en eficiencia, junto al Banco Comercial Portugués y sólo superados por Nordea. En la cola, en cambio, se colocan nombres como Deutsche Bank, Crédit Suisse o Royal Bank of Scotland, que tienen que invertir más de 100 euros para lograr 100 euros de beneficio.

Margen neto de intereses. Se calcula comparando el beneficio neto de interés sobre el promedio de activos rentables. Como señala Joaquín Maudos, la banca europea es sobre todo comercial, lo que implica que el grueso de su negocio se basa en financiarse a corto plazo y tipos bajos y prestar a largo plazo y, por tanto, con intereses más elevados. Pero la curva de tipos ahora mismo no les favorece. De todas maneras, hay entidades que en Europa aguantan mejor que otras. Entre las más conocidas, destacan algunas italianas, como Banca Monte dei Paschi Siena, así como la Banca de Emilia Romagna o Mediobanca, pero también se cuelan algunas españolas, como Liberbank, y además muy cerca se coloca el Santander. El peor de los más conocidos es Dexia, y entre las entidades con menores márgenes se encuentran también Commerzbank, Julius Baer, UBS o Nordea.

Margen bruto. Mide el total de ingresos antes de impuestos sobre las ventas netas. En este capítulo los bancos griegos salen muy mal parados, con el Hellenic Postbank en negativo, al igual que el Piraeus, entre otros. En positivo, pero con ratio bajo está el Popular. Los mejores datos del sector corresponden a entidades poco conocidas. Entre las más populares, destacan Mediobanca o ING, con alrededor de un 38 por ciento. Pero también Bankia, con un 35 por ciento, o Bankinter, con un 31 por ciento.

Rentabilidad. El mejor indicador para medir la rentabilidad bancaria es el ROE, el retorno del capital. Los mejores en este ratio son Nordea y UBS, seguidos inmediatamente por Bank of Ireland y después por Bankinter, el banco español con el ROE más elevado. Entre los peores, la Banca Monte dei Paschi Siena, además de algún banco griego, como National Bank of Greece o Piraeus, y Royal Bank of Scotland. También con ROEs negativos nos encontramos a Deutsche Bank y a Crédit Suisse. No se salva, pues, ni la banca de comercial ni la de inversión. Según comenta José Carlos Díez, si a la primera le perjudica que no haya curva de tipos, a la segunda le han afectado las nuevas normas americanas, que limitan la inversión que realizan las entidades por cuenta propia.En general, según afirma Carbó, la rentabilidad de la banca está muy deprimida y no se espera que con la política monetaria expansiva de Draghi vayan a cambiar mucho las cosas. Las únicas vías a su juicio que pueden hacer que cambie la situación pueden ser el incremento de las comisiones o el aumento del tamaño de las entidades. Pero Maudos destaca que la banca española es la quinta más rentable de Europa, tras la de varios países nórdicos y la de Reino Unido.

Morosidad. La calidad crediticia es un aspecto que preocupó sobre todo en los primeros estadios de la crisis, pero para algunos sistemas financieros continúa siendo un problema. En primer lugar, para las entidades griegas. Medidos sobre el total de los activos, los créditos morosos aún suponen más del 30 por ciento del total de Piraeus Bank, entre otras entidades helenas. También presentan muy preocupantes datos los bancos italianos como Banca Monte dei Paschi Siena, con tasas del 27 por ciento, y otros más grandes del país, como Intesa SanPaolo y Unicrédito, con un 9 por ciento de morosidad sobre sus activos, aunque si midiéramos sobre el total de los préstamos concedidos alcanzaría el 18 y el 15 por ciento, respectivamente. La banca irlandesa, pese al rescate, a tenor de los datos, no se ha terminado de limpiar del todo. Los mejores de acuerdo con este ratio serían Julius Baer, UBS o Crédit Suisse, seguramente porque su actividad no es tanto comercial como de inversión.

Cobertura. Tras hablar de la morosidad, hay que hacerlo del ratio de cobertura, es decir, en qué medida los préstamos dudosos están cubiertos con provisiones o reservas. Niveles magníficos presentan entidades como Commerzbank o BNP Paribas, con todo el riesgo cubierto. También muy elevado es el nivel de cobertura de la morosidad de BBVA o el Santander, por ejemplo. En una situación mucho más precaria se encuentran otros bancos como Dexia, con poco más de un 25 por ciento. En entidades italianas como UBi Banca y Banca Popolare de Emilia Romagna, ronda el 40 por ciento. En Intesa y Unicrédito, el 50 por ciento, niveles a los que no llegan algunas entidades españolas, como Bankinter o Liberbank.

Liquidez. Una de las maneras de medir la liquidez con que cuenta un banco es evaluar el peso que suponen los préstamos en relación con los depósitos, es decir, en qué medida una entidad puede financiar lo que presta con sus propios recursos, sin acudir al mercado de capitales. No todas las entidades del universo europeo proporcionan esta información. Entre las que lo hacen, los mejores ratios corresponden al Hellenic Bank Public. A éste le sigue el Standard Chartered, el HSBC, BPI, Banca Popolare di Milano, Barclays, Ubi Banca... todos ellos con un volumen de préstamos inferior al de depósitos. Pueden financiarse, pues, con sus propios recursos. Entre los peores de los que proporcionan información se encuentran el Danske Bank, con un volumen de créditos equivalente al 200 por ciento de los depósitos de que dispone, seguido de otros como Crédit Suisse, con un 118 por ciento, Crédit Agricole, con un 115 por ciento o Lloyds, con un 107 por ciento. Como señala Santiago Carbó, ante un deterioro de las condiciones de financiación, las entidades que tienen una sólida base de clientes mostrarán una mayor resistencia.

Capital. No todos los bancos europeos proporcionan todavía datos respecto sobre su nivel de capital adaptado a las exigencias de Basilea III. Pero algunos sí. De todas maneras, como señala Maudos, hay que tener precaución, puesto que si bien en Europa se han armonizado los activos que se pueden considerar como capital de primera calidad, no se ha hecho lo mismo con los activos ponderados por riesgo. Dejando esto al margen, las entidades con mejores cifras de capital adaptadas ya a Basilea III son algunas como Nordea o UBS, pero también Banco Popular, Intesa SanPaolo o Bankia. Algo más débiles se encuentran los portugueses BPI y Banco Comercial Portugués, además del Santander, BBVA y Barclays, con apenas un 10 por ciento.

Emisiones subordinadas. Numerosas entidades realizaron importantes emisiones de bonos subordinados y de deuda híbrida como colchón para su solvencia. Ante la debilidad de los resultados de las entidades y el riesgo de que no se puedan pagar los cupones o, incluso, se conviertan en capital ante un posible debilitamiento de sus ratios de capital, los títulos híbridos han caído mucho de precio. Ello, en principio, es malo para los inversores. Pero también puede llegar a ser negativo para las propias entidades, puesto que muestra, a juicio de José Carlos Díez, lo caro que puede resultarle a una entidad realizar una ampliación de capital si la llega a necesitar. Aunque, de acuerdo con un análisis de Standard & Poor's, dada la alta rentabilidad que los inversores comienzan a pedir para invertir en las emisiones de menos calidad, es posible que la banca decida realizar ventas de acciones, en su lugar. De momento, las entidades con mayor volumen de deuda subordinada emitida son Nordea, Danske Bank, Crédit Agricole, HSBC, Société Générale o Unicredito.


Derivados. La preocupación por la exposición a derivados es una novedad. Para Carbó, si es excesiva, es preocupante y más si es apalancada, dado que pequeñas variaciones en los activos subyacentes pueden provocar grandes movimientos. Y uno de los posibles subyacentes, el crudo y el resto de las materias primas, ha sufrido una fuerte caída de precio. Evidentemente, éste es un problema concentrado en la banca de inversión y, especialmente, en Deutsche Bank, Barclays, Royal Bank of Scotland, BNP Paribas y HSBC.

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