De
acuerdo con un informe de la ONU la cría de ganado genera más gases de efecto
invernadero, medidos en dióxido de carbono (CO2), que cualquier actividad, con
una participación de 18%. Sin embargo, un estudio posterior del Banco Mundial estima que la
contribución puede ser hasta de 51% si se suman las fuentes indirectas
de emisiones provenientes de la preparación del suelo, el procesamiento y
transporte de productos derivados e incluso la respiración de los animales.
En
Colombia la medición estuvo a cargo del Ideam y arrojó que 19,5% de la
generación de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería. Sin
embargo, el estudio más completo se lleva a cabo en la Universidad Nacional. La
docente e investigadora Yolanda Rubiano es la responsable de este proyecto que
trabaja desde los Llanos Orientales con el objetivo de hacer los análisis
respectivos en campo ajustados a nuestra realidad productiva y cuantificar la
cifra en espacios abiertos.
Las organizaciones ambientales usualmente no mencionan
esta situación cuando se discuten las causas del cambio climático, sino que se enfocan en
responsabilizar a la industria de generación energética, especialmente de
fuentes fósiles, el grueso de la población desconoce la asociación. Lo
cierto es que las emisiones del sector agropecuario casi se han duplicado en
los últimos 50 años y podrían aumentar 30% más para 2050, principalmente en los
países en desarrollo.
La
posición del Banco Mundial es que sustituir la ganadería con otras alternativas
“sería la mejor estrategia para revertir el cambio climático y tener efectos
más rápidos en reducción de las emisiones de gases efecto invernadero”.
“Esta actividad es de las que más contribuye a los graves
problemas ambientales de la actualidad”, dijo Henning Steinfeld, vocero de la
FAO. En ello coincide Emel Vega, docente de la Universidad Nacional: “en la medida en que tenemos
mayor cantidad de vacas la concentración de ese gas metano tiende a
incrementarse”, dijo.
Sin embargo, se viene trabajando en el desarrollo de alimentos que produzcan menos
fermentación entérica (descomposición digestiva) para reducir la producción de metano, algo
así como la lecha deslactosada para los humanos.
El director de la red KLN (Klimaforum Latinoamérica
Network) y docente de la Universidad del Rosario, Manuel Guzmán, aseguró que Colombia necesita modificar lo
más pronto posible sus practicas ganaderas para limitar las emisiones de metano,
así como detener la expansión de la frontera agrícola.
La FAO también ha señalado en otras ocasiones que la cría bovina es responsable de
la degradación del suelo (20% de los pastos del mundo afectados por
sobrepastoreo) y el agua, pues se requieren grandes cantidades de este
líquido vital para la actividad (se requieren 9.500 litros para producir 450 gramos de carne),
sin contar con que en ocasiones contaminan las fuentes de agua cercanas.
La preocupación se incrementa si se tiene en cuenta que el aumento del ingreso per
cápita en el mundo implica una mayor demanda de alimentos. Según la FAO
la proyección es que a
2050 se pasará de
una producción de 229 millones de toneladas de carne a 465 millones de
toneladas.
En Colombia, según el Censo Nacional Agropecuario
elaborado por el Dane, se
destinan 33,8 millones de hectáreas a esta actividad, lo que representa 80% del
suelo agropecuario. Uno de los indicadores de sobre explotación es del
estudio del Igac que advierte
que solo 15 millones de hectáreas tienen como tal vocación ganadera.
Algo similar sucede en otros países del mundo. La ganadería ocupa 30% de toda
la superficie, incluyendo 33% del suelo cultivable y es responsable de llevarse hasta 70% de la selva
Amazónica.
“Estos problemas tienen que ver con la producción de
carne pero no podemos limitarla abruptamente y modificar patrones alimenticios
sin tener en cuenta las necesidades de la población. El camino es lograr una transición”, indicó
Guzmán.
Ese es el objetivo del Proyecto GEF (Ganadería Colombiana
Sostenible), una iniciativa liderada por Fedegán y financiada por el Banco
Mundial en la que participan los ministerios de Agricultura y Ambiente. Andrés
Zuluaga, coordinador general, explicó que actualmente atienden cerca de 2.500
predios en 12 departamentos. “Les
ofrecemos asistencia técnica para que hagan una transformación ambiental y
productiva y se les dan incentivos económicos por la protección natural”,
dijo.
Zuluaga reconoció que el sector genera impacto, pero aseguró que mejorando
prácticas se puede restaurar el daño. El desafío es optar por la
sostenibilidad es dar el paso en la dirección correcta en un mundo donde 75% de
las personas se consideran ambientalistas, de lo contrario en menos de 20 años
la conspiración de la ganadería habrá jugado incluso en contra de sí misma. O
en últimas como dice el documental que todos seamos vegetarianos.
La
mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero dentro es la
fermentación entérica, cuando el metano es producido por el ganado durante la
digestión (representó 39% del total, según la FAO, 11% más que la década
anterior). Pero no solo se trata de metano, el sector genera 65% del oxido
nitroso (del estiércol) y 64% del amoniaco, que tienen 296 veces el potencial
del CO2 y contribuyen a la lluvia ácida.
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