La
innovación que Obama agregó a la forma de hacer política en Estados Unidos se
refleja en dos grandes frentes, por una parte en la comunicación que él mismo
resalta: “las personas, muchas veces, no recuerdan lo que les dijiste, pero sí
lo que les hiciste sentir cuando lo dijiste”.
Un reflejo claro de esta filosofía se ve plasmado en sus
discursos, que apelan a la
sencillez, más que a la retórica o las cifras.
Pero tal vez, el mayor aporte del Presidente tiene que ver con el uso de las nuevas
tecnologías, el manejo de bases de datos, redes sociales y la forma como se
gestionó la campaña y el modelo de liderazgo.
Para la muestra se destaca un caso que ocurrió en el
2008, de una joven participante en la campaña electoral que encontró, al
analizar datos que mostraban que entre New York y Washington existía una
altísima concentración de fanáticas de George Clooney. Basándose en sus hábitos
de consumo y patrones de navegación, se determinó que era un grupo de alto poder adquisitivo y educación,
con edades entre 30 y 45 años.
La joven le comentó el caso a su jefe, a lo que el
directivo le dijo: ¿Y qué hacemos con eso? Ella respondió: “vamos a venderles un producto
que ellas no saben que quieren y que van a comprar de manera categórica y
decisiva”.
Fruto de esa iniciativa se generó una rifa para que las
fanáticas que donaran a la campaña participaran en una rifa para cenar con George Clooney y Obama. En 48
horas recogieron 12 millones de dólares.
Este ejemplo deja ver no sólo el uso de la tecnología, Big Data y análisis de
hábitos de consumo sino el modelo de liderazgo que permitió a una joven
influenciar la campaña.
¿CÓMO APLICARLO EN LA REGIÓN?
“¿Que tiene que ver una campaña política con una empresa?
Si me permiten decirlo, todo”.
“Gestionar
una campaña es vender un producto, promover una marca, identificar, desarrollar
y retener talento clave, es logística, cuidado de marca, financiación; o sea,
todo lo que se pensaría a la hora de hablar de una compañía”, dice. Y
fue esa lógica la que estuvo detrás del movimiento que logró que un joven
político desconocido y sin gran apoyo financiero le arrebatara la nominación
del partido demócrata a Hillary Clinton en el 2008.
La innovación y la tecnología han sido vitales para
identificar patrones de consumo y para influenciar segmentos claves de la
población.
Las elecciones del 2008 los votantes indecisos, el gran
segmento que generalmente determina los ganadores en cada elección, manifestaron que tomaron sus
decisiones basados más en lo que leyeron en las redes sociales que en lo
expuesto en los medios tradicionales. “Siendo Colombia un país con tanta
participación en las redes sociales, no me extrañaría que presentaran el mismo
patrón”, destaca un asesor político.
Pero
la tecnología no lo es todo. Después de todo, los negocios y la política se
basan en relaciones, pero es importante usar bien la tecnología”.
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