La tasa de cambio en unos niveles cercanos a $2.500 pone
a medio mundo a pensar en sus gastos y a apretarse el cinturón a la hora de
comprar productos importados. ¿Qué pasa con el consumo?
¿Cómo está afectando este comportamiento el consumo de
los colombianos? Los productos importados como los celulares son los que más
han visto el aumento en los precios. Por ejemplo, un iPhone 6 plus lanzado en noviembre de 2014 estaba
alrededor de $1.700.000 y hoy se vende a unos $2.300.000 aproximadamente.
De
la canasta familiar colombiana solo el 10% corresponde a productos importados,
por lo que el impacto del alza del dólar no va a ser muy significativo.
“En
el imaginario de muchos puede estar que esta alza del dólar va a generar un
gran impacto en la canasta de las familias, pero su peso no es muy
significativo e incluso hay productos que no reaccionan tan rápidamente a la
devaluación de la tasa de cambio, porque el precio final al consumidor depende de qué tan sensible son
los consumidores a esos ajustes en los precios”.
De igual forma no todos los bienes tienen la misma
sensibilidad y el traslado del incremento en los precios no se da en la misma
magnitud. Por ejemplo,
artículos como los vehículos o los bienes durables que su precio está más atado
al dólar, pueden sentir el cambio mucho más rápido.
Para los consumidores el mensaje que se transmite es que estamos viviendo un
entorno de volatilidad y que en todas las decisiones hay que tenerlo en cuenta
y es razonable pensar en protegerse, pues las fluctuaciones grandes en
los mercados van a seguir viéndose en el corto y largo plazo.
Con
respecto a las proyecciones para este 2015, se estima una desaceleración en el
consumo y calcula un crecimiento del consumo total privado de 3,2%, cuando en
2014 fue superior al 4,5%.
Es una moderación, pero de todas maneras estamos hablando
de un crecimiento que va a seguir siendo positivo y eso tiene que ver con que
la compra de los hogares colombianos su gran componente el 90% o más son bienes
y servicios cuya demanda es muy estable.
Igualmente,
se debe tener en cuenta que la composición de la canasta y los bienes no
durables, de uso frecuente, como los servicios de salud o educación son
los que mueven el grueso del consumo y son gastos neutrales frente a todos los
cambios en el entorno macroeconómico.
Puede
haber un impacto más significativo en bienes durables como electrodomésticos,
vehículos, celulares, gastos en productos importados que dependen de las
expectativas de los consumidores.
Frente al impacto del alza del dólar en el consumo tiene
un campanazo de alarma debido a que la tasa de cambio ya rompió la barrera de
los $2.500, cuando la tendencia indicaba que se iba a quedar alrededor de los
$2.400.
El dirigente gremial señaló que indiscutiblemente el
incremento de la TRM hace que los productos importados se encarezcan y que
muchos de la industria nacional que tienen componentes o materias primas importadas
también sufran un aumento en los precios.
Si
bien un incremento en los precios genera disminución de la demanda, todavía no
podemos hablar de un freno en el consumo, porque los importadores
grandes trabajan con operaciones de cobertura que tienen contratadas desde
antes.
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