Los
mercados financieros de medio mundo han vuelto a temblar como consecuencia de
las fuertes caídas de las bolsas chinas.
Los
analistas consultados han coincidido en apuntar a las dificultades del gigante
asiático para mudar de modelo de crecimiento, desde uno basado en la inversión
y la exportación a otro sustentado en el consumo interno y los servicios.
Es la «Larga Marcha» de la economía china, aunque
diferente de la que encabezó Mao en los años treinta del siglo pasado.
Para el director de Estrategia de UBS en España, «hay alguna similitud con
respecto a 2008 como el alto nivel de deuda acumulada en los últimos años por
China y otros países emergentes» aunque ha afirmado que es «poco probable que se
traduzca en una crisis sistémica global». En este sentido, ha mostrado
su confianza en la gestión de las autoridades chinas y apuntado a los amplios recursos financieros que
posee para estabilizar la economía y recapitalizar sus bancos.
Además, ha añadido, hay otros factores que jugarían a
favor de este país como la «limitada» imbricación de la banca china en el
sistema financiero internacional, la «moderada» exposición de los inversores extranjeros a activos
financieros chinos y el menor riesgo de los balances bancarios en Europa
o Estados Unidos.
Exposición a China
Se trataría de un impacto que sería mayor en los mercados
financieros que en el resto de la economía, por su alta sensibilidad al ciclo
productivo.
Por sectores, según Goldman Sachs, los «más vulnerables»
serían los recursos naturales, el sector del automóvil y el inmobiliario.
Hace
ocho años fue China quien contribuyó decisivamente a mantener la economía
mundial a flote. Este analista ha constatado que este país «lleva mucho
tiempo creciendo mucho» y que es normal que ahora su crecimiento vaya disminuyendo según su modelo
económico se modifique. En este sentido, ha apuntado a dos posibles
escenarios: «Puede
legislarse de forma muy abrupa sobre el mercado financiero o producirse una
desaceleración gradual», ha apuntado.
Para el director de Estrategia de UBS en España, es «inevitable, inexorable pero
gestionable» una desaceleración del crecimiento en el gigante asiático
hacia crecimientos «más propios de una economía madura». Su previsión es que el
PIB real chino crezca al 6,2% este año y al 5,8% en 2017.
El
FMI apenas es un poco más optimista y prevé una expansión de la economía de
este país del 6,3%, muy alejado del objetivo del 7% fijado por las autoridades.
El director de gestión de Producto - Asia de Fidelity
International ha subrayado que «es importante que los inversores no entren en pánico en los días
débiles y mantengan un enfoque tranquilo y disciplinado».
Especialmente en el caso de China, ya que según su visión
su crecimiento «se está ralentizando, pero la calidad de dicho crecimiento es mucho más
importante y las dificultades están más que descontadas en las
valoraciones baratas. Pera este experto, la buena noticia es la amplitud de los
mercados chinos y la posibilidad de encontrar nuevas oportunidades.
Acumulación de deuda
En una línea similar se ha pronunciado el Departamento de
Análisis de Intermoney, quien ha considerado que afirmaciones como la de Soros se basan más en las condiciones
de mercado: En concreto, este analista ha señalado también a la deuda acumulada por China que
estima entre el 250% y 300% del PIB y a cierto nerviosismo entre los
inversores. Además ha recordado que este país evitó entrar en la crisis a
través de un plan de estímulos de 462.000 millones de euros y de deuda, lo que
en su opinión, podría haber terminado por generar problemas en el mercado
inmobiliario y el sector financiero local.
Para el jefe del Departamento de Análisis de Intermoney, muchos activos chinos estarían
sobrevalorados en mercados como el bursátil que según grandes conocedores de
este país como el exembajador Eugenio Bregolat, habría crecido en un
150% entre mediados de 2014 y verano del año pasado. Por este motivo, ha
apuntado a la necesidad de «promover» una corrección ordenada en forma de un
largo proceso de desapalancamiento.
«Las autoridades chinas no están gestionando bien la
regularización del mercado de valores», y ya derogo la norma que permitía suspender las
cotizaciones si estas caían más del 7%. «Instaurar una medida como esta
puede hacer que algunos pienses que las cosas van mal».
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