La
caída del precio internacional de petróleo, está cambiando la ecuación
económica internacional.
El primer importador del planeta, China, aparece como uno
de los principales beneficiarios de esta nueva situación.
China
importa unos cinco millones de barriles al día.
De la mano de la caída del precio, registró en noviembre un
superávit comercial de US$54.700 millones.
Según indicó a la agencia económica Bloomberg Lu Ting,
jefe del departamento de China del Bank of America en Hong Kong, el gobierno podrá disfrutar de
este estímulo durante bastante tiempo. "Dada la tendencia actual
del precio petrolero, este superávit comercial de China va a continuar durante
meses", señaló Lu Ting.
Desde junio el precio del petróleo ha caído más del 40%,
unos US$50 dólares el barril: hoy nadie puede asegurar que haya tocado fondo.
La noticia cae como anillo al dedo para la dirigencia
china que realizó esta semana su congreso económico anual.
En el comunicado final del congreso se repitió el mantra
de la "estabilidad" como principal objetivo de la política económica
y se descartaron grandes virajes.
En
noviembre, China registró un superávit comercial de $US54.700 millones.
Según John Ross, economista senior del Instituto
Chongyang de la Universidad Renmin de Pekín, el impacto de la caída petrolera se limitará
fundamentalmente al sector externo.
"Si
este superávit continúa puede generar tensiones a nivel internacional, pero a
nivel interno no habrá grandes diferencias. No afectará la inflación que
ya de por sí es baja. En este sentido no creo que el beneficio se extienda a la
población o que haya cambios en la política económica".
La "estabilidad" que pregona el gobierno de Xi
Jinping implica continuidad respecto del cambio de rumbo iniciado tras el
estallido financiero global de 2008 cuando se comenzó la transición de un
modelo exportador a otro en que el crecimiento dependa tanto del consumo
interno como de las ventas al exterior. Esto ha llevado a un aumento de los salarios y una
reforma de la salud y la jubilación para incrementar el poder del mercado
interno.
Según algunos analistas estas medidas eran una muestra de
nerviosismo del gobierno chino ante el peligro de un "aterrizaje
forzoso" de su economía.
China
es el cuarto productor de petróleo del mundo.
Este tipo de pronósticos sobre una abrupta caída china
tiene varios años de existencia y hasta ahora no se ha cumplido.
La
estimación es que China crecerá este 2014 en torno al 7,3%, meta
envidiable para la mayor parte del mundo, aunque por debajo de las faraónicas
tasas de dos dígitos que tuvo durante la mayor parte de las dos últimas
décadas. En este sentido John Ross indicó a BBC Mundo que los temores que se
expresan en muchos medios occidentales sobre China son exagerados.
Los
analistas esperan más crecimiento económico en China en 2015. "El
crecimiento que ha tenido y tiene China es notable. Y lo seguirá siendo. El año pasado el PIB de China
creció casi el doble que el de Estados Unidos y el ingreso promedio de
la población ha subido el 7,7% anual. ¿Es esto una crisis?", señala Ross.
Esto no quiere decir que no haya perdedores del actual
río revuelto petrolero. "Pero este impacto no es diferente al que tendrán otras compañías
petroleras. Igual no hay que exagerar. El negocio petrolero sigue siendo
rentable para todos. Ganarán menos, pero seguirán ganando", subrayó
Ross.
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