La nueva “Guerra Fría” cada está más caliente y aunque
algún día pueda llegar a ser combatida con aviones, tanques, cañones y bombas, el primer frente de esta guerra
se está luchando con petróleo y gas de esquisto.
El
precio del petróleo está cayendo drásticamente debido al auge sin precedentes
del petróleo de esquisto mediante fracking.
Vivimos en medio de una la pugna
por conseguir el dominio del mundo…
El
declive del petróleo está demostrando ser el más grave desde el colapso del
sistema financiero en 2008 y amenaza con provocar el mismo impacto global que
la caída de precios de hace tres décadas, que llevó a la crisis de deuda
en México y a la caída de la Unión Soviética.
Rusia, el mayor productor del
mundo, ya no puede confiar en obtener los mismos ingresos petroleros para
rescatar una economía que sufre con las sanciones europeas y estadounidenses.
Irán,
afectado también por sanciones similares, tendrá que reducir los subsidios que han aislado en parte
a su creciente población.
Nigeria,
que lucha contra la insurgencia islámica en su territorio, y Venezuela,
paralizada por las fallidas medidas políticas y económicas, también se
encuentran entre los mayores perdedores por esta decisión que la
Organización de Países Exportadores de Petróleo tomó la semana pasada y que
tiene como objetivo permitir que sea el mercado el que determine lo que algunos
expertos califican como “la gran caída libre”
La desestabilización en Ucrania y en numerosas regiones
de Oriente Medio, incluyendo el Iraq amenazado por ISIS y Siria, no han sido
más que meros preludios para lo que se avecina.
Los países de la OPEP, liderados por Arabia Saudita, están permitiendo que los
precios del petróleo caigan drásticamente, en coordinación clara con sus amos
anglosajones, y en respuesta a la subida repentina de la producción de gas de
esquisto obtenida a través de la fractura hidráulica. Estos estados
árabes no van a perder poder con la caída de los precios del petróleo, mientras
que muchos otros regímenes se enfrentarán a duras consecuencias en todos los
sectores.
El objetivo central de toda esta
red de intrigas es, por supuesto, Rusia. El gas natural está en el centro del
conflicto de Ucrania, pues la empresa rusa Gazprom suministra cerca del 25% del
gas natural de Europa.
Los agentes estadounidenses están haciendo todo lo
posible para conseguir
cortar ese suministro de gas ruso a Europa, y cambiarlo por el gas de esquisto
procedente del fracking de Ucrania y alrededores y de sus ricos
yacimientos minerales.
La combinación de la creciente producción nacional
estadounidense, la caída de los precios del petróleo de la OPEP y la producción
dirigida por Estados Unidos en Ucrania, el gas podría ser la carta para
doblegar a Rusia, aunque Putin ha restado importancia a estas
posibles consecuencias…
Rusia parece vulnerable. Una gran disminución en el
precio del petróleo en 1997-1998 fue uno de los factores que llevó al default a
Rusia en agosto de 1998.
VTB Group, el segundo mayor banco de Rusia, OAO
Gazprombank, su tercer mayor prestamista, y el Banco Agrícola Ruso, ya están buscando ayuda del
gobierno para reponer el capital después de que las sanciones les hayan aislado
de los mercados financieros internacionales. Ahora, con un crecimiento
económico muy deteriorado, también se enfrentan a un aumento de los préstamos
incobrables. El petróleo y
el gas proporcionan el 68% de las exportaciones de Rusia y el 50% de su
presupuesto federal.
Rusia
ya ha perdido casi 90 mil millones dólares de sus reservas de divisas este año,
equivalente al 4,5% de su economía, ya que trató de evitar que el rublo cayera
después de que los países occidentales impusieran sanciones para castigar la
intromisión rusa en Ucrania.
El rublo
se ha reducido un 35% frente al dólar desde junio
Una importante consecuencia secundaria de esta caída de
los precios del petróleo vendrá en forma de interrupciones en los servicios
sociales en los países que han estado apoyando a sus ciudadanos con dinero
procedente de los altos precios del petróleo, como es el caso de Rusia, Irán,
Venezuela, Nigeria y otros.
La caída de ingresos procedentes del petróleo significará
menos dinero para dar subvenciones y ayudas.
De hecho, esto forma parte de la estrategia geopolítica
impulsada por la “red anglo-elitista”.
El Consejo de Relaciones Exteriores anunció este auge del
fracking como un instrumento para reafirmar el poder de Estados Unidos en el
mundo y “transformar el panorama energético global”
Esta es una arma política para provocar levantamientos y
revoluciones internas:
Si los gobiernos no son capaces de invertir dinero en
mantener a los niños fuera de las calles, éstos volverán de nuevo a las calles,
y podríamos empezar a ver perturbaciones y alzamientos políticos,
La mayoría de los miembros de la OPEP necesitan más de
100 dólares por barril para equilibrar sus presupuestos. Si empiezan a recortar
el gasto, es probable que eso les cause problemas.
Los EEUU han perdido su credibilidad en el mundo, su
posición como superpotencia global más importante y ven el imparabale declive
del petrodólar como moneda de reserva mundial y utilizan el giro hacia el gas
de esquisto como una estrategia para nivelar el campo de juego global en pos de
sus intereses.
El “auge repentino” del gas natural de esquisto ha sido
un movimiento planificado, coordinado y altamente estratégico.
El
desplome de los precios del petróleo son de hecho una arma económica contra
Rusia, como muchos analistas han demostrado, y es un instrumento para atacar
también a otros países.
Esta
maniobra plantea serios desafíos y tensiones con Rusia, y tendrá consecuencias
inmediatas para muchas otras economías basadas en el petróleo.
Bloomberg explica las posiciones…
Lo cierto es que no todos los productores de petróleo
están sufriendo.
El Fondo Monetario Internacional evaluó en octubre los
precios del petróleo que los diferentes gobiernos necesitan para equilibrar sus
presupuestos.
En
un extremo estaban Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, que pueden salir
adelante con el petróleo a 70 dólares el barril. En el otro extremo
están países como Irán,
que necesita un precio de 136 dólares y Venezuela y Nigeria que necesitan 120 dólares.
Rusia
puede llegar a administrarse bien con un precio de 101 dólares el barril.
Arabia
Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar pueden vivir con los precios del
petróleo relativamente bajos durante un tiempo, pero este no es el caso
de Irán, Irak, Nigeria, Venezuela, Argelia y Angola.
La fuerte presión demográfica en estos países alimenta
sus necesidades energéticas y presupuestarias. El precio del crudo es de suma importancia para sus
economías porque no han logrado diversificarlas adecuadamente.
Pero
lo cierto es que los poderosos del sector anglo-financiero de la élite, han
apostado por mantener el poder estadounidense sobre todo el mundo, impulsar la
economía de Estados Unidos y apartar a sus competidores del tablero de juego
mundial.
Las
previsiones económicas actuales muestran la posibilidad y la probabilidad de
que tal vez hayan dado un golpe que dará forma a las tendencias globales en las
próximas décadas.
No hay duda de que los EE.UU. han cambiado por completo
el panorama energético mundial y plantean una amenaza existencial para la OPEP.
América ha reducido sus importaciones netas de petróleo
en 8,7 millones de barriles desde el año 2006, una cantidad equivalente a las
exportaciones de petróleo combinadas de Arabia Saudita y Nigeria.
El
país tuvo un déficit comercial de 354000 millones de dólares en petróleo y gas
en fechas tan recientes como el año 2011. Citigroup dijo que se volverá
al equilibrio en el año 2018, uno de los giros más extraordinarios de la
historia económica moderna
Esto, por supuesto, también supondrá importantes
consecuencias ambientales para los estadounidenses que se enfrentan a la posibilidad de sufrir
suministros de agua subterránea contaminada, escasez de agua, aumento de los
terremotos (como ya se ve en Oklahoma) y otras formas de contaminación
relacionada con el uso de un sin número de productos químicos inyectados en la
tierra durante el contaminante proceso de fracturación hidráulica.
Pero esas son “consecuencias
menores”, cuando se lucha por la supremacía mundial…
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