Si
atendemos a una traducción libre y literal del inglés, el tapering se define
como la disminución gradual del diámetro, anchura y grosor de un objeto. Si nos
centramos en el contexto financiero, entendemos por tapering el comienzo del
retiro de las inyecciones de liquidez que la Reserva Federal ha venido
realizando sobre la economía desde la crisis de 2008.
El tapering es simple y llanamente la retirada de
estímulos sobre la economía de Estados Unidos. Como es sabido la FED lleva
inyectando liquidez a la economía en los últimos años y desde hace unos meses
se habla de la retirada de estos apoyos (tapering).
Este término comenzó a ser utilizado por primera vez a
finales del pasado mes de mayo, cuando el presidente de la Fed, Ben Bernanke,
explicó ante el Congreso que el organismo podría empezar con la reducción del
programa de compra de bonos conocido como ‘relajamiento cuantitativo’ (QE, por
sus siglas en inglés) en los próximos meses. Esta situación, dijo, se daría si
continuaba la mejora en los mercados.
La
puesta en marcha del tapering podría ser algo positivo por su inmediata
relación con la mejora y una mayor estabilidad en los mercados, lo
cierto es que el tapering está causando gran revuelo en los mercados
financieros, y no solo en el estadounidense. Y es que los inversores son
globales y una retirada de millones de dólares de circulación puede afectar
también al resto de mercados.
El impacto más claro debería ser sobre la cotización de
los bonos ya que la menor demanda por parte de la Fed, afectaría negativamente
su valor.
En cuanto a los mercados de divisas, la reducción de los
estímulos de la Fed impactaría positivamente sobre el dólar, en especial frente
al euro, la libra esterlina o el yen, entre otras monedas fuertes.
Un mayor crecimiento en los EE.UU. y un menor incentivo
de la entidad, elevarían las tasas de interés de sus activos en comparación con
los de otros países que cuentan con un riesgo comparable, lo que podría
incrementar su demanda y generarle presión compradora al billete verde y
vendedora a sus pares a medida que los inversores reposicionan su portafolio.
En
lo que respecta a las materias primas, el proceso de tapering tiende a
afectarlas negativamente ya que una apreciación del dólar suele hacer caer sus
cotizaciones, sin importar el sector del que se trate.
Todo lo contrario ocurre con las acciones, ya que los tiempos de reducción
de estímulo monetario generalmente producen un incremento en la actividad
económica y favorece a rubros más cíclicos como el de la tecnología y el
consumo discrecional y deja rezagados a otros más estables como el de
servicios públicos o salud.
La
reducción progresiva seguirá su curso en los próximos meses y veremos hasta qué
punto el crecimiento de la economía norteamericana es fuerte.
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