AHORA SÍ LOS ROBOTS AMENAZAN CON QUITARLE SU EMPLEO


El economista Erik Brynjolfsson desestimó durante mucho tiempo los temores de que el avance de la automatización iba a devorar empleos que exigían capacidades de criterio y destreza que sólo poseen los seres humanos.

Muchos de sus colegas del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), donde se concibe y elabora buena parte de los adelantos tecnológicos, pasaron sus carreras tratando de probar que la llegada de esta clase de máquinas estaba al alcance de la mano.

Cuando Google Inc. anunció en 2010 que una flota de vehículos de la marca Toyota Prius sin conductor y especialmente equipados había recorrido sin inconvenientes más de 1.500 kilómetros por las carreteras estadounidenses, Brynjolfsson entendió que pudo haberse equivocado. “Algo había cambiado”, reconoce al recordar su asombro de que las máquinas pudieran sortear los numerosos momentos impredecibles que enfrentan los conductores.

Desde las máquinas a vapor a los cajeros automáticos, la tecnología lleva tiempo desplazando a los humanos, pero siempre ha creado nuevos empleos que, a menudo, exigen una mano de obra más calificada. Los recientes avances, sin embargo, desde vehículos autoconducidos a computadoras capaces de leer las expresiones faciales, han hecho que expertos como Brynjolfsson se replanteen los efectos de los robots en la fuerza laboral.

Se preguntan si la automatización está cerca de llegar a un punto de inflexión en el que las máquinas podrán finalmente dominar tareas que sólo pueden hacer los humanos. “Se ha vuelto cada vez más fácil sustituir muchos tipos de mano de obra por máquinas. Debiéramos obtener mucho más riqueza con menos mano de obra”, subraya el economista. “Pero podrían haber personas que quieren trabajar, pero no pueden”.

Rio Tinto utiliza camiones que se autoconducen y taladros que no necesitan operarios en sus minas de mineral de hierro en Australia. Trenes automatizados pronto trasladarán el hierro a un puerto a casi 500 kilómetros de distancia.

Las computadoras pueden hacer investigaciones sobre temas legales, redactar notas sobre el desempeño de acciones y noticias, además de traducir conversaciones. También ayudan a detectar posibles casos de lavado de dinero en los bancos. Hasta hace poco, todas estas labores eran realizadas por humanos.

Bill Gates, el cofundador de Microsoft, indicó en un reciente discurso en Washington que la automatización amenaza toda clase de empleados, desde los meseros hasta las enfermeras. “No creo que la gente haya incorporado eso a su modelo mental”, destacó.

La firma de estudios Gartner Inc. predijo que la automatización causará la pérdida de un tercio del total de los empleos dentro de 10 años. Los economistas de la Universidad de Oxford, a su vez, proyectan que dentro de dos décadas la mitad de los actuales empleos serán desempeñados por máquinas.

“Cuando estaba haciendo mi postgrado, quienes se preocupaban acerca de los efectos de la tecnología eran considerados tontos, porque la tecnología siempre ayudaba a la gente”, cuenta David Autor, otro economista del MIT. Sus investigaciones hallaron que, en lugar de aniquilar empleos en forma indiscriminada, la tecnología eliminaba trabajos propios de la clase media y creaba empleos en los segmentos alto y bajo del mercado. “El problema que observo con la automatización es que está contribuyendo a una creciente desigualdad”, asevera.

Autor y otros expertos resaltan que las nuevas tecnologías son herramientas para ayudar a que los trabajadores sean más productivos, no para reemplazarlos.

El impacto de la tecnología en el corto y largo plazo se debate a fondo en el MIT, de donde provienen buena parte del hardware y el software que están transformando los mercados. Sus científicos y economistas se reúnen regularmente para analizar las implicaciones de su trabajo. El profesor de robótica John Leonard ayudó a organizar los encuentros, a los que también acuden investigadores de otras universidades, cuyos temas van de lo prosaico, como los robots que trabajan en depósitos, a lo filosófico como ¿qué ocurre si los humanos no pueden hallar un trabajo satisfactorio?

Uno de los participantes en una reciente reunión es Henrik Christensen, director del programa de robótica del Instituto de Tecnología de Georgia y un especialista en robots industriales. La automatización se está expandiendo a fábricas en todo el mundo y China acaba de superar a EE.UU. como el mayor mercado de robots del mundo, le informó a un grupo que fue a escucharlo en el centro de informática del MIT, que fue diseñado por el arquitecto Frank Gehry.

“La mayoría de los camioneros no tendrán esos trabajos en 10 años”, vaticinó Christensen, quien es muy optimista sobre el desarrollo de vehículos que se autoconducen. También predijo que los nacidos hoy no tendrán que aprender a manejar y encontrarán una multitud de empleos.

Leonard, el profesor de robótica, no cree que tales predicciones vayan a hacerse realidad tan pronto. “Hay algo en los robots que hace que la gente crea que estamos cerca de Arnold Schwarzenegger y las películas de Terminator”, apunta.

Leonard instaló una cámara en su auto para registrar su trayecto diario de ida y vuelta a la oficina. El objetivo era recolectar un inventario de la clase de imprevistos que una computadora podría encontrar si le tocara conducir.

Leonard encendió su computadora portátil y mostró una serie de imágenes de la cámara que colocó en el auto que confundirían a una máquina, incluyendo un viraje a la izquierda en medio del tráfico. El profesor de 49 años cree que los vehículos autoconducidos no podrán transitar por las calles de una ciudad en lo que le queda de su vida.

Google le ofreció hace poco un recorrido en su auto sin conductor. Leonard comparó la experiencia con los hermanos Wright. “Fue un acontecimiento notable”, aseveró, respecto al primer vuelo de la historia. “Pero mire cuánto tiempo tuvo que pasar” antes de llegar a la aviación comercial.

Los robots tampoco tienen que dejar a los humanos sin empleo. Los trabajadores desplazados con destrezas obsoletas siempre salen perdiendo, pero el número total de empleos nunca ha declinado en el tiempo.

Ese parece ser el caso de Rio Tinto en Australia. John McGagh, el director de tecnología e innovación de la minera, señala que el auge de la automatización empezó hace una década y fue posible gracias a “microprocesadores de computadoras más potentes y GPS mucho más precisos”.

Los nuevos equipos eliminaron múltiples empleos de conducción de vehículos, pero las reducciones fueron parcialmente compensadas por nuevos tipos de labores. La empresa necesita más técnicos de redes, dice McGagh, e “ingenieros mecatrónicos”, una combinación de ingeniero eléctrico y mecánico que hace cinco años prácticamente no existía.

El robot del hotel Aloft, en Cupertino, California, hace los mandados. Cuando llega a la puerta de los huéspedes, no la golpea sino que llama a la habitación por teléfono. No hay que darle propina, pero una pantalla solicita una calificación. “Consideramos hacerlo hablar”, dice Steve Cousins, presidente ejecutivo de Savioke, el creador de la máquina. “Pero si habla, la gente asumirá que el robot la entiende”. Esa sigue siendo una capacidad monopolizada por los empleados del hotel.



Apple trabaja en el diseño de un auto eléctrico

Apple ya tiene presencia en los autos a través de su servicio CarPlay.

Apple Inc. ha revolucionado la música y los teléfonos. Ahora apunta a un blanco mucho más grande: los autos.

La empresa ha asignado a cientos de empleados a un proyecto secreto para crear un vehículo eléctrico de marca Apple, según fuentes al tanto. El proyecto, cuyo nombre en clave en “Titan”, está trabajando inicialmente en el diseño de un vehículo que se asemeja a un miniván, dijo una de las personas. Un vocero de Apple no quiso hacer comentarios.

Apple, no obstante, podría decidir no continuar con el auto. Además, muchas tecnologías usadas en un auto eléctrico, como baterías avanzadas y electrónicos para el auto, podrían ser útiles para otros productos de Apple, entre ellos el iPhone y el iPad.

La empresa de Silicon Valley a menudo investiga tecnologías y potenciales productos, e incluso desarrolla múltiples prototipos para algunas cosas que nunca venderá. Completar un auto y obtener las certificaciones de seguridad requeriría años.

Sin embargo, el tamaño del equipo que trabaja en el proyecto y el rango de los empleados involucrados indican que Apple lo está tomando con seriedad, explicaron estas personas.

Ejecutivos de Apple han viajado a Austria para reunirse con fabricantes por contrato de autos de alta gama, incluido Magna Steyr, división de la empresa canadiense de autopartes Magna International Inc. Una portavoz de Magna no quiso realizar comentarios.

Otros gigantes de Silicon Valley tienen su mira puesta en los autos. Google Inc. ha estado trabajando en un auto sin conductor desde hace años. El jefe del proyecto de vehículos autónomos de Google aseveró el año pasado que la empresa se propone asociarse con automotrices para fabricar un auto sin conductor en los próximos años. Un vehículo de este tipo no forma parte del actual plan de Apple, dijo una de las fuentes.

“Hay productos en los que estamos trabajando de los que nadie sabe”, contó el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, en una entrevista en septiembre en un programa de televisión. “De los que no ha habido rumores”.

La fabricación de autos es una actividad de capital intensivo, al requerir cientos de millones de dólares en diseños, herramientas, producción y certificaciones. Las automotrices también deben sostener una red de suministro de los miles de componentes que se utilizan en un vehículo.

Los vehículos impulsados por baterías añaden otra dimensión. Tesla Motors Inc., por ejemplo, ha registrado crecientes pérdidas debido al aumento de los costos para construir un todoterreno eléctrico. La empresa prevé invertir US$1.500 millones en gastos de capital e investigación y desarrollo este año.

Cook aprobó el proyecto del auto hace casi un año y asignó a Steve Zadesky, el veterano vicepresidente de diseño de productos, al frente del grupo, según personas al tanto. Zadesky es un ex ingeniero de Ford que estuvo entre los que dirigieron los equipos de Apple que crearon el iPod y el iPhone.

Zadesky recibió permiso para formar un equipo de 1.000 personas e incorporar empleados de diferentes divisiones de la compañía, dijo una de las personas. El equipo, que trabaja en una ubicación secreta a pocos kilómetros de la sede de Apple en Cupertino, California, está investigando diferentes tipos de robótica, metales y materiales consistentes con la fabricación de automóviles, indicaron las fuentes.

En septiembre, Apple contrató a Johann Jungwirth, ex presidente de Mercedes-Benz Research and Development North America, que tiene operaciones en Sunnyvale, California, cerca del campus de Apple, según su perfil en LinkedIn.

El Financial Times informó que decenas de empleados de Apple investigaban productos automotores, citando personas cercanas a la empresa.

Durante los últimos 15 años, Apple ha revolucionado varias industrias. Su reproductores de música iPod y servicio iTunes aceleraron la transición hacia la música digital. El iPhone estableció el mercado de smartphones y cambió la noción de la computación móvil. Asimismo, planea lanzar su Apple Watch en abril, con el cual espera crear un mercado de aparatos de vestir.

Fabricar un auto es inmensamente costoso. Una sola planta suele costar muy por encima de US$1.000 millones y requiere una enorme cadena de suministro para producir los más de 10.000 componentes de un auto. Elon Musk, presidente ejecutivo de Tesla, se quejó a fines del año pasado de que es “muy difícil” desarrollar un vehículo en medio de la lucha para incrementar la producción de su sedán Model S.

El costo es una barrera de ingreso para muchos potenciales competidores, pero sería un menor obstáculo para Apple, que tenía US$178.000 millones en efectivo al 27 de diciembre.

Tesla logró aumentar su producción en poco tiempo y de forma relativamente barata al comprar una antigua fábrica de Toyota Motor Corp. en Fremont, California, por US$42 millones en 2010. Desde entonces, la automotriz ha invertido cientos de millones de dólares para modernizar la fábrica y aun así produjo apenas 35.000 vehículos en 2014.


Durante años, Apple utilizado contratistas para fabricar sus productos. Eso ha ayudado a Apple a mantener una cadena de suministro frugal y reducir su acumulación de inventarios.

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