El enorme motor siderúrgico de China, decidido a
no bajar de revoluciones pese al enfriamiento de la economía, está inundando el mundo de
exportaciones baratas, haciendo que los productores en todo el mundo soliciten la protección de sus
gobiernos ante la caída de los precios.
Desde la Unión Europea a Corea del Sur e India, el
exceso de oferta del metal chino está trastocando los patrones comerciales y generando batallas territoriales
entre siderúrgicas locales.
En Estados
Unidos, el segundo
consumidor mundial de acero, una nueva ola de despidos está renovando
los llamados para que el gobierno imponga aranceles.
Las exportaciones de acero de China crecieron 63%,
a 9,2 millones de toneladas,
en enero frente a igual mes de 2014 y se encaminan a superar los 82,1 millones
de toneladas despachadas el año pasado. Tal cifra representa un aumento de 59% frente a 2013 y
fue la mayor cantidad de acero exportada por un país durante este siglo.
China produce la misma cantidad de acero que el
resto del mundo combinado:
más de cuatro veces el máximo de producción alcanzado por EE.UU. en los años
70. No obstante, conforme el crecimiento chino pierde fuerza, el acero que no
consume termina en otros países.
El uso del
acero en China creció apenas 1% en 2014 y la cifra caerá a 0,8% en 2015, según
la Asociación Mundial del Acero. Las siderúrgicas chinas, sin embargo, no han
bajado el ritmo. Su producción
es apuntalada por el abaratamiento del mineral de hierro, el principal ingrediente
para producir acero.
La negativa de las acererías a reducir la
producción a pesar de la menor demanda es lo que irrita a las siderúrgicas del
resto del mundo.
La estatal
Asociación del Hierro y el Acero de China en ocasiones previas ha calificado
los esfuerzos por frenar exportaciones chinas de “proteccionistas”, aunque ha
alentado a los fabricantes chinos a reducir las exportaciones.
Presidentes
ejecutivos de las principales siderúrgicas estadounidenses indicaron que
comparecerán este mes ante el Congreso, una medida que según abogados de
comercio es un preludio a la
presentación de al menos una queja antidumping ante la Comisión de Comercio
Internacional.
El dumping, o vender en el exterior por debajo del
costo de producción para
ganar participación de mercado, es ilegal según las normas de la Organización
Mundial del Comercio y se
puede castigar con la imposición de aranceles.
Las exportaciones chinas a EE.UU., que aumentaron
40% en enero frente al mismo mes del año pasado, han deprimido aún más los
precios, que ya sufrían el
impacto de una caída en las perforaciones petroleras y, por ende, en la demanda
de tuberías de acero. El índice de referencia del acero laminado en caliente
acumula un declive de 18% desde el 1 de enero, a US$492 la tonelada.
Los líderes
de la industria siderúrgica de Europa se reunieron con la comisaria de comercio
de la UE, Cecilia Malmström, para argumentar a favor de la imposición de
aranceles.
Tanto EE.UU. como la UE han impuesto aranceles
sobre un puñado de productos de acero chinos, pero los fabricantes los
catalogan de insuficientes y se lamentan de que lo que deben hacer para
demostrar el perjuicio sufrido a raíz de las exportaciones chinas es demasiado
complicado. “Tenemos que
sangrar antes de conseguir un alivio” comenzó la semana pasada el despido de
614 empleados como parte de un proceso que paralizará temporalmente parte de su
planta en Lorain, Ohio. U.S. Steel ha dejado inactivas seis plantas desde 2014.
La UE, por su parte, realiza seis investigaciones
que podrían desembocar en la aplicación de aranceles sobre productos como
tornillos y alambre de acero, indicó un vocero del bloque. Las exportaciones de acero de China a
la UE ascendieron a 5 millones de toneladas en 2014, un alza de 49% frente a
2013.
A su vez,
las siderúrgicas surcoreanas presentaron una propuesta para
que se imponga un arancel antidumping de entre 18% y 33% sobre el acero chino.
La Comisión Antidumping de Australia investiga
cerca de una decena de casos de supuesto dumping de productos de acero de
países asiáticos, incluido China. El ministro de Industria, Ian Macfarlane, dijo que la
acusación es que las siderúrgicas han estado realizando pequeñas alteraciones a
productos de acero o enviándolos a través de un tercer país para eludir las
leyes antidumping de Australia.
Los
productores de acero estadounidenses alegan una práctica similar, al decir que China a menudo envía acero a
Corea del Sur para procesarlo antes de que sea transportado a EE.UU.
Algunos
productores temen que lo peor esté por venir. Muchas siderúrgicas chinas son estatales o tienen lazos
cercanos con los gobiernos locales. Dado su rol importante como
empleadores y proveedores de ingresos fiscales, es poco probable que los fabricantes de acero cierren o
recorten la producción aunque arrojen pérdidas.
China no es
el único país que afronta acusaciones de dumping. Quejas similares fueron realizadas contra productores
japoneses e indios, entre otros. No obstante, los fabricantes chinos,
con sus grandes volúmenes de acero barato de bajo grado, son el principal
blanco de las críticas.
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