La
recesión de 2007-09 hizo que todo el mundo reevaluara su tolerancia al riesgo,
y en ninguna otra parte se sintió esto tanto como en el segmento de materias primas,
donde cualquier cosa, desde una peste que destruye el café hasta una severa
sequía, podía costarle a un inversionista cientos de miles de dólares.
Varios años de retornos negativos en la mayoría de los commodities no
han ayudado a mejorar el atractivo de esta clase de activos para la mayoría de
los inversionistas: en los tres años hasta fines de enero, el Índice de
Commodities S&P GSCI registró
un retorno negativo de 40%. Esto ocurrió después de un declive de 52%
entre junio de 2008 y junio de 2011.
En tanto, las entradas de capital en los fondos de
commodities de Estados Unidos, tras dispararse de US$13.410 millones en 2008 a
US$35.670 millones en 2009, se debilitaron e ingresaron en territorio negativo
en 2013, con una salida neta de US$34.160 millones, seguido por retiros de
US$3.440 millones el año pasado, según la firma de investigación de fondos
Morningstar Inc. MORN -0.97%
Aun
así, los estrategas de inversión y portafolio concuerdan en que el
estancamiento podría ser temporal y que los inversionistas no deberían
abandonar las materias primas como clase de activos.
Meta de entre 3% y 5%
Una
asignación de portafolio moderada para los commodities es de entre 3% y 5%.
Comparado con los rendimientos de bonos de grado de inversión, señala, “el costo
de oportunidad de una asignación pequeña (en materias primas) es moderado en
este momento”.
Los
bienes básicos también pueden ser una buena cobertura en épocas de crisis,
dice, como un ataque terrorista a gran escala o el inicio de una guerra, que son momentos en que las
acciones tienden a descender mientras que los commodities se aprecian.
El
interés en las materias primas y los fondos de commodities se disparó a la par
del crecimiento de la economía china, antes e inmediatamente después de la crisis financiera
global de 2008-09. El interés en los últimos años se ha reducido ante la
caída de precios causada por la debilidad de la economía global y la percepción
de muchos de que la demanda china de energía, metales y productos agrícolas
había contribuido a impulsar algunos precios a niveles que no volverán a
alcanzarse en un futuro inmediato.
Sin embargo, muchos profesionales de la inversión sienten que el actual rechazo de
los commodities como una clase de activos es una reacción exagerada.
Algunos ven el surgimiento de factores que históricamente han propulsado los
precios de las materias primas, como un aumento de las tasas de interés y una
intensificación de conflictos regionales.
‘Mejor de lo que piensa la gente’
“Los
commodities están jugando un papel más grande en cuanto a la asignación de
activos”, indica José Rasco, director gerente y jefe de estrategia de
inversión de HSBC Private Bank Americas. “Somos más optimistas de lo que hemos sido en el último
año. Vemos oportunidades en las que ciertos commodities podrían tener un
desempeño mejor de lo que piensa la gente”.
Rasco observa una mayor demanda proveniente de algunas
áreas: entornos favorables para los negocios en países como México, Colombia,
Corea del Sur y China, donde reformas económicas están sentando las bases para
un crecimiento más robusto; inversiones en infraestructura a nivel global; y
una mayor demanda de viviendas y autos en EE.UU.
“El
declive de los precios del petróleo ayudará a la mayoría de las economías
alrededor del mundo”, afirma Terry Marshall, analista petrolero de
Moody’s. El menor precio
elevará la demanda de combustible de aviones y gasolina, dice.
Entre
las materias primas agropecuarias, el café y el ganado fueron los ganadores en
2014, señala Brandon Rakszawski, gerente de productos de Van Eck Global.
Advierte que en lo que va del año ambos han perdido parte de sus alzas después
de empezar a descender a fines de 2014. Aconseja a los inversionistas abstenerse de invertir en
cualquier commodity agropecuario sin un conocimiento a fondo del producto.
Una
forma de reducir parte del riesgo es comprar acciones de compañías o fondos de
empresas que vinculados directamente con una materia prima. Una empresa
petrolera, por ejemplo, no es una operación puramente de commodities ya que
cuenta con coberturas de riesgo y controles que limitan su exposición a las
oscilaciones del crudo. Los inversionistas que poseen petróleo, por contraste,
ya sea directamente o a través de un fondo de inversión o uno que cotiza en
bolsa, verán cómo su inversión sube o cae con cada fluctuación del precio de la
materia prima.
“Hay
más y más variedad (en el mercado de commodities) en este momento”,
asevera Rakszawski, “pero por eso requerirá mayor diligencia debida por parte
del inversionista para saber en lo que se está metiendo”.
Activo vs. pasivo
Algunos
estrategas de inversión aseguran que las actuales condiciones de mercado
requieren estrategias activas para los commodities, como fondos mutuos con
gestores que saben qué comprar y cuándo. Las inversiones pasivas, como
los fondos que cotizan en bolsa que siguen índices específicos del mercado de
materias primas, podrían ofrecer un acceso fácil al cobre, el oro y la plata,
pero los inversionistas podrían verse perjudicados cuando surjan problemas como
huelgas laborales o excesos de suministro.
Al
final de cuentas, el argumento más convincente de los estrategas al hablar con
los inversionistas sobre los commodities es el de la diversificación: ninguna
clase de activos debería dominar un portafolio.
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