Ahorrar
no es solamente guardar mensualmente algo de dinero sin tener conocimiento de
cuánto hay, sino también se debe tener conciencia de qué cantidad se gasta y en
qué se emplea este dinero.
Esta es una serie de consejos para tener una visión
general de los gastos, ya que "el ahorro comienza teniendo el control de
las cuentas y sabiendo en qué empleamos cada peso", han asegurado desde la
entidad.
El
hábito del ahorro debe iniciarse con la toma de conciencia de la unidad
económica, bien sea esta unipersonal o una familia numerosa. Es
necesario conocer cuánto dinero se ingresa y desde este punto adaptar el gasto a las
posibilidades. Una asimilación que debe pasar por cada uno de los
miembros de la unidad familiar.
Una
vez adaptados a la economía, se deben analizar pormenorizadamente los gastos y
los ingresos. Una
buena opción es utilizar una hoja de cálculo, una herramienta muy útil a
nivel doméstico para llevar el control de gastos mensuales, ya que permite
hacer un listado de conceptos y cantidades que se sumarán a final de mes. No es
un programa difícil de utilizar e, incluso, en internet se pueden encontrar
numerosos modelos para llevar las cuentas familiares.
Además, existen aplicaciones o programas desarrollados
con el fin de ayudar a gastar menos o hacerlo de una forma más eficiente. En el mercado hay variedad de aplicaciones que sirven como programa
contable. Es cuestión de buscar y elegir la que más se adapte a las
necesidades.
El
siguiente paso sería crearse una disciplina para conocer en qué se emplea cada
peso. Para ello es necesario apuntar absolutamente todo o al menos
intentar recopilar toda la información posible. Un método recomendado es guardar los recibos de todos
aquellos gastos realizados y al final de semana o del mes introducir esa
información en la hoja de control de gastos. Así se puede saber cuánto
se ha gastado, en qué concretamente, clasificar los gastos por categoría y, de
este modo, saber cuáles son aquellos excesos sobre los que se debe recortar
para conseguir ahorrar a final de mes.
Por esta razón, es fundamental conocer la prioridad que tiene cada
tipología de gasto de la contabilidad familiar, por lo que se podrían
clasificar como obligatorios, recomendables y prescindibles. Es una
forma clara de ver qué se puede posponer para otro mes en el que la economía
familiar vaya menos ajustada.
En definitiva, el ahorro comienza con el control de las cuentas. Por esto, si de joven no se ha
adquirido el hábito del ahorro (por ejemplo, guardando parte de la paga semanal
o de los regalos de Navidad o de cumpleaños), es más complicado hacerlo más
adelante, pero no es imposible, nunca es tarde; es necesario tomar
conciencia cuánto antes y poner una solución. Y tener en cuenta estas
recomendaciones pueden ser el primer paso para mejorar la economía personal y
familiar.
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