Todos
conocen la fórmula del éxito en el mundo de los negocios. Hay que tener una
idea brillante, redactar un espléndido plan de negocios y recaudar grandes
sumas de dinero para hacerlo realidad.
El
último paso es donde tropiezan muchos emprendedores que no pueden
conseguir los fondos que necesitan o la sola idea de levantar tanto dinero los
hace renunciar a su sueño por completo.
No tiene que ser así.
Los
pequeños empresarios pueden obtener el efectivo que necesitan para crecer sin
tener que ir a rogarle a los banqueros escépticos, a los familiares o
rendirle pleitesía a los capitalistas de riesgo. En realidad, pueden formar una empresa con prácticamente
nada, salvo la capacidad de convencer a otros de los beneficios de su
empresa y la disposición a asumir un riesgo.
¿Cómo? Al financiar la compañía con el dinero de los
clientes.
No es nada nuevo. De hecho, muchas empresas, como
Microsoft, Banana Republic y eBay, han recurrido a variaciones de esta estrategia en su trayectoria desde
upstarts a negocios exitosos. No obstante, numerosos emprendedores
podrían no estar al tanto de esta alternativa de financiamiento y lo sencillo que puede ser su
implementación, en especial cuando pueden acudir a Internet para expandir
su alcance y abaratar sus costos.
No
hay que perder de vista, en todo caso, que no todas las empresas se pueden
financiar con el dinero de los clientes. Algunas requieren mucho
capital. Sin embargo, para muchos emprendedores este modelo puede ser la alternativa
perfecta para echar a andar una compañía sin sumirla en la deuda o dejarla a la
merced de las demandas de sus inversionistas. Incluso si las empresas necesitan
más adelante créditos o inversiones para expandirse, lo pueden lograr en condiciones mucho más
favorables que las que hubieran obtenido en sus inicios. A continuación
examinaremos en más detalle estas estrategias y cómo se han utilizado para
desarrollar compañías exitosas.
Dinero por adelantado
¿Quiere remodelar su cocina? Pagará por adelantado al
menos una parte de los costos. ¿Quiere viajar a otro país la semana que viene?
Tendrá que pagar hoy por el pasaje de avión.
Por
lo tanto, implementar un modelo de pago por adelantado es tan sencillo como
encontrar una buena razón para que un cliente se desprenda de al menos parte de
su dinero y tener la valentía de solicitarlo.
Un ejemplo es el empresario de Bangalore Vinay Gupta, que
fundó Via en 2006 y la transformó en un gigante de la industria de viajes de
India.
¿Cómo? Al pedirle a las pequeñas agencias de viajes del
país un depósito de US$5.000 a cambio de conseguir boletos en tiempo real y
comisiones más abultadas que las que ofrecían las aerolíneas. Luego de
convencer a 200 agencias de viajes en los primeros meses, Gupta había recaudado
US$1 millón en efectivo, el dinero de sus clientes, para expandir su negocio.
Via habría facturado el año pasado US$500 millones al servir a los agentes de
viajes en India, Indonesia y Filipinas.
Con
puntualidad suiza
En los modelos de subscripción, que son casi igual de
sencillos que los modelos de pago por adelantado, el cliente paga por adelantado por bienes (como
verduras orgánicas por ejemplo) o servicios (como los diarios o la televisión
por cable), que son entregados en serie durante un período determinado.
Krishnan Ganesh fundó TutorVista en 2005 junto a tres
profesores de India y una conexión VOIP de Internet para llegar a los
adolescentes estadounidenses que necesitaban ayuda con sus tareas. Pronto descubrió que una
suscripción de US$100 mensuales por “todo lo que puede aprender”, pagados un
mes por adelantado, era lo que dejaba conformes a los padres. Cuando las
renovaciones después del período de prueba superaron 50%, expandir el negocio
solo era cuestión de añadir combustible. Los fondos de capital de riesgo lo
hicieron y el negocio despegó.
Ganesh
luego vendió la empresa, que pasó a ser el mayor empleador de profesores en
India, al grupo británico Pearson por más de US$200 millones.
Advertencia:
los modelos de suscripción funcionan mejor cuando ofrecen algo perecible,
como las noticias del día o verduras, o algo que se usa o consume en forma
periódica.
Sea
el intermediario
Otra estrategia común es transformarse en un intermediario que reúne a
compradores y vendedores. El gigante de Internet eBay y Expedia son ejemplos de intermediarios
que no poseen ni siquiera tocan lo que se compra y vende, y generan
ganancias al quedarse con un porcentaje de las transacciones.
Ahora
que el costo de crear una página web es más barato que nunca, los costos principales
de los intermediarios son los de conseguir a los proveedores y lograr que
aparezcan los compradores. Por fortuna, ninguna de estas tareas requiere
mucho dinero, al menos en un comienzo.
Imponga
plazos
En los modelos de escasez, en lugar de tratar de vender la mayor cantidad posible,
por el precio más alto posible, los comerciantes venden una cantidad limitada
por un tiempo limitado, habitualmente a precios de liquidación. “Compre ahora,” le dicen
a sus clientes, “porque cuando se agote, no habrá más.”Esto les permite vender
su inventario tan rápidamente que tienen el dinero de sus clientes mucho antes
de que tengan que pagar a los proveedores.
Un ejemplo es vente-privee, la empresa formada por
Jacques-Antoine Granjon y sus socios, que pasó a ser un sitio web en 2001. La compañía ofrecía una cantidad
limitada de bienes, sobre todo el inventario que las casas de moda de París no
querían o les sobraba a precios de descuento en liquidaciones que duraban entre
tres y cinco días.
El negocio obtenía los ingresos de sus miembros, pero no
compraba stock hasta que ya había sido comprado por sus clientes. Eso significó que Granjon no
necesitaba capital adicional para expandir la que llegó a ser la marca de moda
más popular de Francia.
Cambie
su oferta
Algunos empresarios astutos usan las ganancias provenientes de la venta de servicios
para crear productos más rentables.
Bill Gates y Paul Allen empezaron escribiendo software
para los fabricantes de computadoras personales. Luego, hicieron una transición
hacia un negocio de productos cuando empezaron a vender Windows, Word, Excel y
el resto de sus programas en cajas.
Ahí fue cuando se disparó el valor de Microsoft, puesto que vender millones de
copias de programas de software en una caja es un negocio más escalable que
escribir sistemas operativos para cada compañía. Los ingresos del
negocio de servicios financiaron el desarrollo de software de aplicaciones.
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