“Revise usted mismo los registros de la Red Sismológica
Nacional sobre Puerto Gaitán, Departamento del Meta, Colombia”, dice un geólogo
colombiano que al mismo tiempo pide que oculte su nombre, porque un colega ya se metió en problemas legales
al insinuar que el incremento en la sismicidad de esta zona del país estaba
relacionada con la presencia de empresas petroleras.
La página virtual de la Red Sismológica Nacional de
Colombia es relativamente amigable con sus visitantes. En un mapa tintinean los
puntos donde se han registrado movimientos telúricos recientes. A un costado,
en “consultas de sismicidad”, uno puede elegir los años y municipios de los que
requiere información.
Quien
elija Puerto Gaitán se llevará una sorpresa. En los años noventa, cuando la
guerra azotaba esta región del departamento del Meta, apenas se registraban al
año uno o dos terremotos. El único terremoto que se registró en 1997 fue de
baja magnitud. Apenas 3.0 en la escala de Richter. Curiosamente en 2011 la
cifra saltó a 5 terremotos. Y en 2013 escaló hasta 109 movimientos telúricos.
El año más crítico fue 2014 con 599 registros. En lo que va de 2015 el sistema
da cuenta de 34 terremotos.
El cambio lo notaron los campesinos y habitantes de la
zona. ¿Qué estaba ocurriendo bajo sus pies? Nadie lo sabía con seguridad, pero
el rumor se convirtió pronto en preocupación y noticias esporádicas comenzaron
a asomarse en los medios de comunicación.
Mientras
la tierra se sacudía bajo los pies de los habitantes de Puerto Gaitán, lejos de
allí, los residentes de poblados en el estado de Oklahoma, Estados Unidos,
vivían una situación similar.
Hasta 2008 en esa región se registraban apenas 1 o 2
terremotos por año de baja magnitud. En el 2014, la red sismológica local
detectó 585. Casi dos terremotos diarios.
Puerto
Gaitán y Oklahoma, además del registro de temblores, comparten otra cosa: el
incremento de la actividad petrolera. Tras diversos estudios publicados
en revistas científicas prestigiosas como Science o Geology, geólogos como William
Ellsworth del Servicio Geológico de Estados Unidos, tienen pocas dudas de lo
que está ocurriendo. En un reportaje sobre sismos inducidos por el hombre,
publicado en la revista The New Yorker, Ellsworth comentó: “Podemos decir con casi absoluta
seguridad que el incremento en la sismicidad en Oklahoma está relacionado con
cambios en la forma como se está extrayendo el gas y el petróleo”.
Ellsworth como otros científicos han puesto los ojos en
la inyección de grandes cantidades de aguas y desechos químicos por parte de
las empresas petroleras en la corteza terrestre. Creen que estas aguas alteran
la porosidad de las capas geológicas y pueden liberar estrés acumulado en
fallas, lo que se traduce en terremotoso frecuentes. ¿Es esta la misma causa de
los terremotos en Puerto Gaitán?
Martha Calvache, directora del Servicio Geológico
Colombiano, explica que en 2013 cuando comenzaron a notar una actividad inusual
en la zona decidieron estudiar mejor el fenómeno. Una primera medida fue instalar una nueva estación
sismológica para el oriente del país. Luego de hablar con las compañías
petroleras ellas se comprometieron a crear una red local de monitoreo y
compartir los datos con el gobierno.
“Esa
sismicidad sigue ahí. La estamos caracterizando. Queremos entender mejor cuál
es su distribución y profundidades. Qué la causa”, comenta Calvache. La
hipótesis más fuerte para la experta y sus colegas es que “las actividades de
los humanos” pueden generar cambios en presiones de las capas terrestres y
“desencadenar algo latente y liberar toda esa energía”.
La experta insiste en que “hacer seguimiento a fenómenos geológicos no es asunto de
un mes, sino de ser coherentes. En el momento no podemos dar el resultado de
esos datos, pero podemos decir que hacia allá estamos trabajando”.
Voceros de Pacific Rubiales, compañía que opera en la
zona un campo bajo un contrato de asociación con Ecopetrol desde 2007 y lo hará
sólo hasta 2016, argumentan que no son los únicos presentes en el lugar y
recuerdan que existen 71 campos operados por nueve compañías.
“Pacific y Ecopetrol instalaron con recursos propios una
red sísmica, para adquirir mayor información, que una vez procesada, permita
determinar la causa de los sismos”, explicaron, “la información reportada hasta
ahora ha permitido señalar a los expertos que la actividad no ha representado,
ni representa, ningún riesgo para la población que habita y trabaja en la
región”.
En el año 2000, el ganador del premio Nobel de química,
Paul Crutzen, acuñó el término Antropoceno por considerar que la influencia del
comportamiento humano sobre la Tierra en las recientes centurias ha sido
significativo, y ha constituido una nueva era geológica. Oklahoma en Estados Unidos y el
Meta en Colombia, cuando se aclaren los datos, quizás queden en la historia del
antropoceno como dos de los lugares donde se manifestó la capacidad del hombre
para crear temblores y terremotos casi a diario.
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