¿Qué define a un buen líder? Pues al
parecer hay líderes que están por encima del bien y del mal porque aparentan
tener todo bajo control; otro tanto fue contratado para calentar silla. Les
compartiré siete señales que a mi parecer demuestran que su jefe es un mal
líder.
Aunque
no sea una tarea fácil, los líderes que caen en la mediocridad pueden ser
salvados por personas que los apoyen honestamente y de una manera educada. Pero
ahí comienza el dilema, habrá
jefes que queden eternamente agradecidos con un grupo leal, pero habrá otros
tantos que arremeterán en contra de todos y con más fuerza que antes.
Por eso es necesario identificar si a
un jefe le cuesta liderar pero le interesa cambiar o no le interesa en lo
absoluto un cambio;
si su caso es el segundo mi recomendación es alejarse y buscar la forma de
cambiar de líder o de trabajo. Lo anterior debe hacerse a tiempo para no
afectar su salud emocional.
1. Los jefes mediocres siempre saben la
respuesta
Si
usted hace una sugerencia sensata a su jefe, él o ella siempre encontrarán la
manera de menospreciarlo o ignorarlo. La mediocridad va acompañada de la
prepotencia y nunca pone en riesgo la autoridad, por eso siempre vendrá con
respuestas como: "yo ya había pensado en eso" o "usted no sabe
cómo funciona esto en la empresa". Un buen líder sabe escuchar y hace más
preguntas a buenas propuestas, siempre piensa en el equipo, es flexible.
2. Los jefes mediocres resaltan lo que
se está haciendo mal, nunca sobre lo que se hace bien
Para
que un equipo pueda crecer es necesario resaltar los logros de sus compañeros,
eso haría un buen líder. Por el contrario, un líder mediocre siempre señalará
los errores, así sea el1% del trabajo, el otro 99% será desechado para darle
lugar al error.
Evidentemente
este último no se preocupa por las buenas relaciones con su equipo, solo
quieren mantener el control, crear divisiones y desequilibrar a sus
trabajadores. Si usted tiene miedo al trabajar porque en cualquier momento
puede cometer un error, primero, tiene un mal líder y segundo, está perdiendo
la posibilidad de lograr grandes cosas.
3. Los jefes mediocres nunca trabajarán
con personas mejores que ellos
Los
líderes fuertes contratan a personas de su confianza, eso significa que confían
tanto en sí mismos como para contratar a otras personas que puedan mejorar su
gestión. Los jefes mediocres dudan de sí mismos y tienen constante temor frente
a ser remplazados, pues no se sienten suficientemente buenos y solo necesitan
gente que ejecute órdenes y que no cuestione.
4. Los jefes mediocres no quieren oír
otras ideas
En
un equipo bien liderado las ideas son constantemente compartidas para resolver
problemas y obstáculos que se puedan presentar al grupo; es casi que un reto
profundizar en los problemas más espinosos y enfrentarlos teniendo en cuenta a
todos sus colaboradores. En la otra esquina, en un equipo mal liderado las
personas solo obedecen, no opinan y no saben de los problemas, ya que saberlos,
podría amenazar la autoridad.
5. Los jefes mediocres no quieren
cambiar nada
Una
persona con visión dice: "¿Qué podemos hacer mejor? ¿Qué necesitamos para cambiar?".
Una persona que no quiere que nada cambie, que mantiene a raya la realidad, que
establece políticas inamovibles y que no deja que su opinión sea cuestionada:
es mediocre.
6. Los jefes mediocres amenazan a las
personas que los cuestionan
La
debilidad en un jefe es identificable en la forma en la que trata a aquellas
personas que lo cuestionan, pues nunca ocultará la profunda antipatía sobre los
que se atreven a amenazar su autoridad. Así pues, aquellos que lo cuestionan
siempre estarán en las peores misiones, con trabajo extra y tareas para llevar
a la casa.
7. Los jefes mediocres tienen miedo…
mucho miedo!
La
clave para entender el comportamiento de un jefe mediocre es mirando su
desconfianza, pues le tienen miedo no solo a sus jefes, también a sus
compañeros y hasta a su propia sombra. Siempre están en el límite, por eso
arremeten constantemente contra las personas que no se ajustan a su
temperamento malicioso.
Si su jefe realmente no tiene potencial
para salir de la “zona de terror” y las siete señales lo describen, no queda
otra salida que sentir “compasión” y cambiar de grupo de trabajo lo más pronto
posible. Pues
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