LA INDUSTRIA RUSA AUN NO DESPIERTA


El presidente de Rusia, Vladimir Putin, prohibió la importación de productos provenientes de Occidente como respuesta a las sanciones que Estados Unidos y Europa le impusieron hace más de un año. Sin embargo, junto a la depreciación del rublo, la industria rusa no despierta.

Rusia prohibió las importaciones de una amplia gama de productos provenientes de Estados Unidos y Europa en respuesta a las sanciones occidentales por su intromisión en el este de Ucrania, el Kremlin

A su vez, Vladimir Putin decretó la destrucción de todos los alimentos importados ilegalmente de la Unión Europea y los otros países occidentales que a su vez sometieron a Rusia a acatar sanciones económicas. A finales de julio, el gabinete de Rusia, publicó reglas oficiales que obligaban a destruir los alimentos prohibidos desde quesos holandeses hasta carnes estadounidenses. 

Las sanciones impuestas hace un año fueron acompañadas con mensajes del presidente Vladimir Putin como: "Rusia sólo gana por comer lo que produce” y “nosotros no los necesitamos“.

Mientras tanto, el Kremlin explicó que las sanciones europeas y americanas podrían ser contraproducentes, si el impacto que se buscaba con éstas era castigar a Rusia; en lugar de hacer daño a los negocios del país soviético, las sanciones y la respuesta de Vladimir Putin,  podrían ser una oportunidad para los empresarios rusos de producir localmente los bienes importados, ahora prohibidos. 

Por otro lado, además de la prohibición a las importaciones del Gabinete de Rusia, con una depreciación del rublo de alrededor del 45% anual sería una combinación ideal para incentivar la industria rusa, tal como lo había hecho en 1999. 

De acuerdo con Bloomberg, los rusos son expertos en superar las crisis, y la última vez fue a través de la sustitución de importaciones, pues cuando el roble se desplomó en 1998, muchos economistas estimaron que  el país se sumergiría en un largo periodo de crisis. 

Sin embargo, cuando los precios importados  fueron relativamente más costosos, los productores domésticos desde la industria automotriz hasta la del alcohol, aprovecharon para ganar cuota de mercado, que junto con el crecimiento de los precios del petróleo indujeron a una  rápida recuperación, para que luego de un año la producción de carros creciera un 35%, y la producción de Vodka y otros licores fuertes un 63%. 

Aunque esta vez, Rusia no ha recordado su historia para poder repetirla, pues pese a la ventaja para los empresarios locales que sugiere  la prohibición de una gran gama de alimentos importados impuesta por Putin, “la producción local de comida, bebidas, y tabaco ha cambiado muy poco desde agosto cuando la depreciación del rublo empezó a vislumbrarse”. 

Los datos oficiales del Servicio Estatal de Estadística de Rusia Federal  (Rosstat) de la primera mitad de 2015, indican que de hecho el sector industrial ruso se redujo en aproximadamente un 2,8%. Dentro de esto la producción de vodka, y la producción de automóviles que ha descendido un 31%. 

De acuerdo con Bloomberg, una parte de la explicación del bajo desempeño de la industria en Rusia, puede ser el desplome de los precios del petróleo, pues este es el principal producto de exportación de Rusia. 

Además Bloomberg, cita otra posible explicación relacionada con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien “limita severamente la libertad individual convirtiendo a Rusia en un país cada vez menos hospitalario para los empresarios, y si ese es el caso, entonces Rusia tendrá un tiempo largo para recuperarse.  

Sin embargo, esta dinámica, no se mantendrá en el largo plazo, pues en algún momento la industria reaccionará ante la depreciación del rublo que provocará un resurgimiento en la producción industrial. El problema es cuándo ocurrirá el ascenso de la industria aun con la incertidumbre de los precios del petróleo.

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