Para tener desarrollo económico o
bienestar, primero partimos por analizar el crecimiento económico y las teorías
construidas para explicarlo la misma.
En la década de los cincuenta, el
desarrollo se entendió prácticamente como un sinónimo de crecimiento económico
e industrialización.
El ser humano fue considerado como un factor más de producción, es decir, como
un medio para alcanzar un crecimiento económico mayor. El indicador por excelencia del desarrollo fue el
ingreso por habitante. Además, se consideró que existía un solo camino
al desarrollo y que el modelo a seguir era Estados Unidos. Estas ideas se
convirtieron en las dominantes a la hora de hablar del desarrollo de un país
.
En la década de los sesenta se cuestionó la anterior concepción de desarrollo. El profesor Dudley Seers formuló con claridad la crítica a un concepto de desarrollo reducido al crecimiento económico. Según Seers, si queremos saber si un país se ha desarrollado debemos preguntarnos qué ha pasado con la pobreza, el desempleo y la desigualdad. Si estos problemas han empeorado no se podría hablar de desarrollo, aun cuando el ingreso por habitante se haya duplicado. Por lo tanto, queda claro que el crecimiento económico no puede ser el fin del desarrollo. Es importante resaltar que el presente documento nos invita a no olvidar la lección histórica: la guerra que vivimos en los años ochenta estuvo precedida por tres décadas de crecimiento económico.
En la década de los sesenta se cuestionó la anterior concepción de desarrollo. El profesor Dudley Seers formuló con claridad la crítica a un concepto de desarrollo reducido al crecimiento económico. Según Seers, si queremos saber si un país se ha desarrollado debemos preguntarnos qué ha pasado con la pobreza, el desempleo y la desigualdad. Si estos problemas han empeorado no se podría hablar de desarrollo, aun cuando el ingreso por habitante se haya duplicado. Por lo tanto, queda claro que el crecimiento económico no puede ser el fin del desarrollo. Es importante resaltar que el presente documento nos invita a no olvidar la lección histórica: la guerra que vivimos en los años ochenta estuvo precedida por tres décadas de crecimiento económico.
En la década de los setenta, el concepto
de desarrollo implicó la búsqueda de un crecimiento con equidad. En los países más
industrializados surgió una creciente preocupación por el uso irracional de los
recursos naturales y la contaminación ambiental que fue provocado por su
proceso de crecimiento e industrialización.
Lamentablemente, en los ochenta, la
recesión de la economía internacional, la explosión del problema de la deuda
externa y los problemas inflacionarios llevaron a que los objetivos económicos
centrales fueran la estabilidad macroeconómica y la recuperación del
crecimiento económico.
La
década de los ochenta e
inicios de los noventa fueron los tiempos de los programas de estabilización y
ajuste económico. Estos procesos de ajuste agravaron los problemas de la pobreza, la desigualdad,
la exclusión social y el deterioro ambiental, prácticamente en todos los
países subdesarrollados.
En la década de los noventa, se consolida un nuevo concepto de desarrollo, que es denominado "desarrollo humano sostenible". Se entiende que el desarrollo significa crecimiento equitativo y en armonía con la naturaleza.
El crecimiento se refiere a términos
nominales económicos que crecen o decrecen, el desarrollo económico, es un concepto más
amplio, en donde el
bienestar y las consideraciones naturales tienen un papel más fundamental.
Los conceptos de crecimiento y
desarrollo económico son utilizados como sinónimos a pesar de que ambos tienen
distintos significados.
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